El humor es la gentileza de la
desesperación (O. Wilde)
A la casualidad se debe mi intervención de
hoy, pues era al Académico, Doctor Baltazar Porras Cardozo, nuestro Arzobispo
Metropolitano, a quien le correspondía hacerlo; pero el azar me dio este
encargo y aquí estoy, como se dice en lenguaje taurino, haciéndole el quite a
Monseñor, con la capa y la muleta de la palabra dispuestas para que el toro de
la tarde no empañe la lucida faena que hoy se le tiene preparada en este ruedo
académico al periodista, poeta y caricaturista Carlos Páez Ortiz, a quien por
obediencia del diminutivo gramatical y corporal se le sigue llamando
afectuosamente Carlitos. El es un excelente caricaturista que no ha dejado un
día, desde que llegó a Mérida, sin que disfrutemos sus dibujos y sus textos
llenos de gracia e inteligencia, como debe ser todo lo referido al humor. A la
flojera de la cigüeña, según refiere él mismo, hay que atribuirle el que su
gentilicio no fuese andino y se quedara con el caraqueño, que lo ha empleado
sólo en su partida de nacimiento, fechada tres años después que la mía, pues yo
soy lopecista y él medinista y, por un pelo, no fuimos gomecistas.