Foto: Xinhua |
En
estos últimos días hemos visto una Venezuela
que quizás, se nos había olvidado que existía, o a lo mejor pensábamos, se
había matizado o minimizado su
pensamiento mágico, con el tiempo y con la modernización. Pero, la hemos visto renacer
con bríos, como las pesadillas, cuando nos atragantamos de excesos y el sueño
nos vence.
Nuestro
anterior artículo “Chávez muere: siguen
los problemas”,[1] lo escribí
el miércoles pasado, menos de veinticuatro horas después de conocerse la
muerte de Chávez. Uno de nuestros amigos
lectores me hizo una recomendación de
eliminar una referencia que le quitaba contundencia al escrito. Y además, nos hizo
un reconocimiento que agradezco y es parte de lo que siempre ha guiado mi
vocación de quien aspira a escribir y ser leído. Dijo el amigo sobre el
artículo: “Claro y desapasionado
(probablemente “muy” desapasionado para
la hora, pero no lo desmerita).