A partir del 9 de noviembre de 2013, y mediante varias alocuciones televisivas, el presidente venezolano instó a
los ciudadanos de este país a ponerle
fin al proceso inflacionario que se ha
desatado en los últimos tiempos, mediante
una argucia infeliz: los
culpables de la inflación son los
comerciantes y por ninguna razón el
desastroso modelo económico, que impulsa
desde 1999 el gobierno chavista. Modelo que
en síntesis, exacerba la demanda y restringe la oferta de bienes y
servicios, mediante un perverso control y uso de las divisas, producto de la
actividad petrolera pública.