Para los venezolanos que
nacimos en la mitad del siglo XX no hay
navidad que se pueda celebrar sin Las Uvas
del Tiempo y la atragantada rapidísima
de las doce uvas en el último minuto de cada año que culmina. A veces sin pensar mucho en los deseos que se
aspiran para el año siguiente.
Pero también, los de mi edad, recordamos el poema de Andrés Eloy Blanco Canto de los Hijos en Marcha, escrito
mientras permanecía cautivo en La Rotunda (Madre si me matan...)[1].
Así mismo, su Palabreo de la Loca Luz
Caraballo, producido mientras estuvo confinado en Timotes, luego de ser
liberado del Castillo de Puerto Cabello.