martes, 4 de octubre de 2011

Venezuela: el muchacho creció


Humberto Ruiz

Foto: HRC (*)
La sensación que se tiene en estos días sobre Venezuela es que, el país creció, así como el chico del vecindario, quien de un día para otro se le ve desgarbado, con los pantalones zancos y los zapatos rotos, mostrando los dedos donde ahora no cabe  el pié.

Una cosa es crecer, y que junto al cuerpo también lo haga la indumentaria –porque se le dota de vestuario con tallas acordes a la nueva estatura-, para no verse patético. La otra es que, el cuerpo vaya por un lado y todo su ropaje se quede pequeño. Esa es la “sensación”, de cómo está Venezuela.  


Sensación es también la palabra que está de moda últimamente,  cuando el gobierno justifica la situación de inseguridad que viven los venezolanos como: “sensación de inseguridad”, inoculada por los medios de comunicación sobre los robos, atracos  y asesinatos  que ocurren a cada momento.

La mejor expresión de esta lamentable situación es recogida por un diario de circulación nacional cuando una especialista en estructuras viales,  profesora de la UCV, Celia Herrera, asegura algo que, quienes viajamos por las carreteras del país, ya sabíamos: “El 80% de la vialidad del país cumplió hace años su vida útil”.   Y de los puentes no hay una análisis distinto: “Unos tres mil puentes necesitan ser reacondicionados al 100%...”[1]

Pero quizás, se podría decir que  la infraestructura vial del país, que llegó a ser una de las mejores de América Latina, es una realidad compleja no sólo de construir sino de mantener. Pero, hay cosas mucho más sencillas y absolutamente elementales, que evidencian un grado de deterioro y desidia que rayan en lo insólito, para un país cuyos ingresos petroleros son inmensos.  Digo, por ejemplo, el alumbrado público.

Venezuela está en tinieblas, no sólo por el deterioro de la red eléctrica, que no voy a comentar,  sino por el lamentable mantenimiento de los humildes y elementales postes de iluminación pública. Dice un Concejal de Caracas: “95% de los postes de luz tienen más de 20 años…”[2] Y nosotros aseguramos, sin temor a equivocarnos: el resto del país está igual o peor.

Ahora hay más habitantes, más calles, más viviendas y se tienen las mismas carreteras, los mismos puentes y los mismos postes de luz.  Solo que además de que somos más,  la infraestructura es la misma y está en peores condiciones. No hay sensación. El muchacho creció, y sigue con la misma ropa: !!! los pantalones le quedan zancones !!!  



(*) La foto que acompaña el escrito es de una escultura que semeja una araña con grandes zancos           ubicada frente al museo Guggenheim de Bilbao (España). Desde la perspectiva el animal parece cubrir el inmenso edificio del museo.
[1] Herrera, Celia: “Entrevista”. Caracas, El Nacional, 02.10.2011, p.1-8
[2] Brassesco, Javier: “Oscuridad gana espacio en la capital”. Caracas, El Universal, 02.10.2011, p. 4.

1 comentario:

  1. Creció tanto que parece estar desnudo y muy incómodo, pero resignado que es lo peor.

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