Mariano Picón Salas (1901-1965) fue sin duda alguna el más importante merideño de la primera parte del siglo XX y uno de los intelectuales más universales y destacados del país, en el siglo pasado.
No somos especialistas en su obra, pero entre nuestras lecturas de adolescente no olvidamos Viaje al Amanecer (1949). Ya más adulto, como profesor de la ULA, por insistencia de nuestro tutor, el boliviano César Chávez Taborga, leímos: De la Conquista a la Independencia (1965).
Por supuesto, durante nuestras lecturas para la tesis de Doctorado en el CENDES (UCV), leí gran parte de su obra y en particular trabajé y utilicé las cartas cruzadas entre Picón Salas y Rómulo Betancourt, estando ambos fuera del país, durante la dictadura de Juan Vicente Gómez, (Ver: “Repensar el país con nuevos enfoques” (pp.100-107), en nuestro libro: Tras el Fuego de Prometeo. Becas en el exterior y modernización en Venezuela (1900-1996).
Hoy, una colega de Miradas Múltiples, nos prestó: Comprensión de Venezuela (1949), en su primera edición, a cargo del Ministerio de Educación de Venezuela, que comparto con Uds., en la foto del texto.
Picón-Salas era embajador de Venezuela en Colombia cuando escribió el prólogo, que firmó en Chapinero (Bogotá) y que comienza así: “De multitud de páginas escritas sobre Venezuela –algunas en horas de efímero periodismo y apagadas con la luz del mismo crepúsculo- selecciono un manojo de las que acaso tengan mayor validez y vigencia”. Y, sin duda, que la vigencia y validez siguen presentes a sesenta y nueve años de distancia.
Son nueve textos que se recogen en el libro:
1. Comprensión de Venezuela (1948): geografía con algunas gentes.
2. Rumbo y problemática de nuestra historia (fue el discurso de incorporación a la Academia
Nacional de la Historia).
3. Paseo por nuestras poesía (1880 a 1940).
4. Perfil de Caracas (1945).
5. Proceso del pensamiento venezolano.
6. Antítesis y tesis de nuestra Historia.
7. Notas sobre el problema de nuestra Cultura.
8. Auditorio de juventud.
9. Un joven arquetipo (charla sobre Alberto Adriani).
El penúltimo de los textos deseo reseñarlo para Uds. pues es el más apropiado para el momento que vivimos de crisis política, desatada hiperinflación, deterioro global de la sociedad y en fin, de hambruna de los venezolanos, que aún permanecemos en el país.
Auditorio de juventud fue la versión mecanografiada a una charla ante estudiantes universitarios en 1941. Ante una pregunta que le hacían frecuentemente en esa época sobre qué había que cambiar en Venezuela expresó que era el alma y “devolver al país su frustrada esperanza”.
Así, esa era una tarea para las nuevas generaciones: “Venezuela quiere ser y puede ser un país técnica y humanamente más vigoroso que la despoblada y hermética provincia que devolvió a los venezolanos en 1935, la Dictadura de Juan Vicente Gómez. Luchar por lograrlo es la consigna más patética que yo asigno a la juventud del país” ( p. 156).
Para transitar ese camino Mariano Picón-Salas les explicaba a los estudiantes tres ideas fundamentales: 1. cambiar la cultura del venezolano de mediocridad, medroso provincianismo y zamarrearía política. Frente a ello formación y estudio; visión global de país con todas sus potencialidades; y disposición para articular el esfuerzos de muchos.
2. Estimular el sentido de organización del Estado y el establecimiento de funciones y servicios colectivos. 3. Finalmente, propiciar el entusiasmos por el desarrollo de una labor de bienestar.
Parece que el discurso se hubiera pronunciado tan solo ayer y fuera el futuro posible que deseamos para el mañana. Nuestro mañana. Por ello no será una tarea infructuosa volver sobre los escritos de Picón-Salas. Ojala nos inspiren y ayuden a transitar el camino de reconstruir la sociedad venezolana. ¿No lo creen Uds?.
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