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La Universidad Venezolana sufre brutales agresiones provenientes de quienes con torpeza y crueldad gobiernan nuestro país. Sin embargo, son muchas y poderosas las reservas de la universidad para sobreponerse y vencer las nefastas intenciones de aquellos que pretenden convertirlas en “aparatos del estado” sin vida propia; esas reservas vencerán las amenazas de quienes intentan hundir a la sociedad venezolana en lo profundo de la ignorancia como soporte para el sometimiento y la sumisión.
Circunstancia injuriosa la que vive nuestro país, la cual debemos derrotar con firmes convicciones y voluntad para dominar el desaliento que el infausto momento a muchos ha causado y sin demora comenzar a cimentar las bases sobre las cuales edificar la Universidad del Futuro, con la autonomía como código de ética para fortalecer y defender su filosofía y principios fundamentales.
La Universidad del Futuro debe mirar al modelo caduco para no repetir errores en la conformación de su estructura académica y administrativa, y con el soporte de nuevas tecnologías evaluar modelos de protección y aprovechamiento de sus recursos humanos. Las metas de esa universidad deben estar en consonancia con nuevos paradigmas del conocimiento científico, creando estímulos en profesores y alumnos a fin de prepararlos para cumplir su papel como actores permanentes en actividades de innovación y nuevos emprendimientos, en contraposición con el estatismo y pensamiento esterilizante del gobierno nacional.
Nuestras universidades necesitan acciones que revelen dignidad para demostrar que están vivas y activas. Prueba de ello nos la entregaron la Profesora Mery López de Cordero, Decana de la Facultad de Humanidades y Educación de nuestra Universidad, el 24 de marzo del 2021 cuando acudió al retén Policial Glorias Patrias, Instituto Autónomo Policía del Estado Mérida, junto con la Tutora del Bachiller Ericvaldo Márquez, acompañada del Jurado correspondiente y Profesores de dicha Facultad, para asistir a la defensa de Memoria o Tesis de Grado, requisito para optar a la Licenciatura de Educación Física, Deportes y Recreación del mencionado bachiller, privado injustamente de su libertad desde el 17 de septiembre del 2017. Propuesta que él tituló “Programa de Actividades Físico Recreativas para Privados de Libertad” aprobada unánimemente por el Jurado, con recomendación para su publicación.
Actos como el que acabo de relatar, en cercana coincidencia con el 29 de marzo, fecha en la que se conmemoraron 236 años de creación de La Universidad de Los Andes, revelan fortaleza de convicciones de los universitarios venezolanos, en su lucha por fortalecer valores para la convivencia, necesarios para reconstruir el país; Universidad que continúa abriendo senderos para rescatar y fortalecer las instituciones que le dan presencia a Venezuela como nación soberana.
Recuerdo palabras del ilustre Profesor Andrés Savrotsky Kobsew (fallecido) Docente de la Facultad de Ingeniería de La Universidad Universidad de Los Andes, que gentilmente aceptó invitación, y el 07 de abril de 1984 lo recibí cuando yo cumplía funciones como Vicerrector Académico. Invité al Profesor Savrotsky para escuchar su opinión sobre reiterada crisis que vivía la ULA por carecer de recursos suficientes para cumplir actividades esenciales; después de breve conversación me entregó dos páginas de su puño y letra. Entre otros asuntos, criticó con dureza el peso de gremios y el sindicalismo que daba soporte a la participación de docentes y estudiantes en la vida de la institución, ausente su pensar en una nueva universidad, y en esas páginas escribió, tomando como referencia los últimos cien años de nuestra historia y de la ULA “en el pasado los profesores vivían para la Universidad”.
En “la Nueva Universidad Venezolana” de un mañana cercano, deberían quedar proscritos tanto el sindicalismo desmedido como el intervencionismo de organizaciones políticas, con marcada influencia en la universidad del pasado; intromisión que lejos de ayudar en el fortalecimiento de sus principios y filosofía, fueron obstáculo para el ejercicio pleno de sus funciones, de acuerdo con lo que establece la vigente Ley de Universidades, al desvirtuar principios democráticos y desnaturalizar el concepto de autonomía en ella consagrada. Razón por la cual nos corresponde rectificar y hacer lo que en momento oportuno dejamos de lado.
Además del acto reivindicativo de dignidad ciudadana-universitaria previamente comentado, son muchos los testimonios que muestran una universidad laboriosa, los numerosos Profesores que venciendo incontables obstáculos, tenaces y seguros en su diario hacer no abandonan la Universidad manteniendo activos Laboratorios, Grupos de trabajo, Centros e Institutos de investigación, en Facultades y Núcleos Universitarios, en actividades docentes y de investigación, generando nuevo conocimiento con aportes originales en áreas prioritarias para nuestro país, como salud, educación, ciencias humanísticas y sociales.
Oportuno momento para comentar palabras de una distinguida investigadora de nuestra universidad, que me dijo…“continúo haciendo lo que puedo, con lo que tengo, me resisto a ser mediocre, aunque ahora he pasado a ser una indigente científica”…sobran los comentarios. Años después, con esfuerzo propio y de quienes la acompañan mantiene activo el Laboratorio que dirige.
No solo esa investigadora, son muchos los Profesores y alumnos que no se dejan vencer por la adversidad, los colegas de los posgrados en Servicios de atención médica en el Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes, junto con Centros y Laboratorios de apoyo para las actividades docentes y asistenciales, mostrando una universidad activa, con vida propia…“Con Profesores que viven para la Universidad”.
Nuestra universidad figura entre las primeras en el escenario de las instituciones de educación superior venezolano y latinoamericano, tal como lo registran organizaciones que califican la excelencia universitaria con base en publicaciones científicas, investigación y aportes originales en diferentes áreas del conocimiento. Así presenta a la ULA el “ranking” SCIMAGO 2021 por sus importantes logros, a pesar de la pandemia Covid-19 y de la insuficiencia de recursos para la investigación y el trabajo creativo.
El reconocimiento en el “ranking” SCIMAGO 2021 lo comparte la Universidad de Los Andes con otras instituciones de educación superior de nuestro país, Universidades, Centros e Institutos de Investigación, que mantienen el espíritu y la pasión por la excelencia académica, defendiendo la dignidad de la sociedad venezolana.
Los universitarios representamos a la institución universitaria, teniendo como soporte la Ley de Universidades y normas inherentes que nos obligan a cumplir preceptos doctrinarios y filosóficos de la misma. Nos corresponde honrar esos principios y en particular la autonomía, como legado fundamental que esa Ley nos confiere.
Con la esperanza de un amanecer luminoso para nuestro país y la universidad venezolana, podemos sentirnos privilegiados y agradecidos por todo cuanto en el transcurso de un poco más de dos siglos de existencia ha sembrado la Universidad de Los Andes.
Mérida, 13 de abril del año 2021.
Notas
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(1) Profesor y Doctor. Vicerrector Académico de La Universidad de Los Andes-Período 1980-1984. e-mail:jesusosuna.oc@gmail.com
(2) Foto de Samuel Hurtado Camargo.
Excelente artículo del doctor Osuna Ceballos. Comparto, totalmente, su contenido. Con respecto a gremios, sindicatos y organizaciones políticas, ellas no son nefastas para la Universidad, lo que es nefasto es el actuar de algunas de ellas, no es culpa de la estaca, si el sapo salta y se ensarta, dice un refrán popular. Somos nosotros los que no hemos sabido conducir la lucha gremial y sindical y armonizarla con la excelencia académica de la Universidad.Mis respetos.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo con el Dr. Osuna. El problema no es la existencia de los gremios, es haberlos convertido en los principales decisores de la universidad. Y con respecto a los partidos politicos pienso igual. Gremios y partidos controlaron y mataron la academia en los últimos años en la vida de las universiddaes venezolanas.
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