“Cuando se produzca la
falta absoluta del Presidente electo o Presidenta electa antes de la toma de
posesión, se procederá a una nueva elección
universal, directa y secreta dentro de los treinta (30) días consecutivos
siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o la nueva
Presidenta, se encargará de la
Presidencia de la República el
Presidente o Presidenta de la Asamblea
Nacional”
Artículo 231
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
“No podrá ser elegido
Presidente o elegido Presidenta de la República quien esté en ejercicio del
cargo de Vicepresidente Ejecutivo
o Vicepresidenta Ejecutiva… en el día de su postulación o en cualquier
momento entre esta fecha y la de la elección”
Artículo 229
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
Afirmar que podemos escribir esta página sin pena, por la muerte del Presidente venezolano de los últimos catorce años, no es cierto. Nuestra pena es por Venezuela y por los millones de nuestros
compatriotas que sienten que se les ha muerto un padre, un amigo, un amor. Y eso es doloroso para
ellos. Se debe entender. Pero nosotros además, debemos señalar que más allá de Chávez, hay que mirar el país y su necesidad de
reconciliación y progreso. ¿Estaremos en capacidad de hacerlo, -es decir, reconciliarnos y progresar- mas allá de las declaraciones y del duelo de sus
seguidores?.
Se
debe entender que Chávez es usufructuario de un sentimiento y una preocupación por
la población desheredada de las oportunidades sociales y económicas de éste
país. Que la ilusión de riqueza que permea a la Venezuela petrolera, sólo Chávez
estuvo dispuesto a dársela a los más necesitados, según sus seguidores. ¿Cómo rescatar esto y a la vez luchar para
que se convierta, más allá de una ilusión, en una realidad? ¿Cómo hacer de la
sociedad venezolana un país de oportunidades y de progreso para todos? ¿Cómo hacer para acabar con el populismo y el
clientelismo que estimuló y usó Chávez
para permanecer en el poder, por casi tres período presidenciales de los de antes, sin haber dejado más que esa
ilusión de preocupación y tantos problemas viejos y los nuevos que él agregó con este desafuero que fueron sus años de gobierno?
El
primero de esos problemas es sin duda el
crecimiento del Estado en detrimento de la sociedad y de su capacidad productiva. Tenemos un Estado inmensamente rico y una
sociedad cada vez mas pobre y dependiente de un Estado macrocefálico e
ineficiente. ¿Cómo hacer para desmontar
ese Estado y crear una sociedad ágil, productiva e innovadora?
El
segundo de los problemas que nos deja Chávez es: ¿cómo hacer para reconciliar a
los venezolanos y luchar para
desaparecer el falso dilema que nuestra posibilidad de progreso personal, pasa
por la liquidación de quienes tienen riqueza o creamos que la tiene. O de quienes se diferencian de
mi o creemos que son distintos a nosotros?
Y el
tercero es, en nuestro criterio: ¿Cómo hacer para reinstitucionalizar y
fortalecer la sociedad en el marco legal de la constitución? Y esto pasa por las dificultades que plantea
la verdadera continuidad administrativa, verdadera la legalidad
y la real legitimidad que establece la constitución del país.
Pero, para mayor complejidad, se debe agregar a la necesidad de resolver estos tres problemas, en medio de una grave crisis económica y de una gigantesca anomia social.
La hora que vivimos es compleja y llena de grandes dificultades. Requiere de ciudadanos con inteligencia, humildad, claridad par ver a todo el pais y fortaleza para asumir los retos de progresar con justicia y paz. Muere Chávez y nos quedan todos
los problemas generados por su gobierno y los que podamos o no, agregar todos los venezolanos, en particular la dirigencia política, en los próximos tiempos. Un enorme reto. Lucharemos para que ello sea posible.
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