Foto: HRC. |
Debo
confesar, en la mayor intimidad que se pueda lograr en las redes sociales, que
no soy un lector voraz, ni mucho menos compulsivo.
También puedo decir que encuentro muy motivador en estos tiempos la
fotografía y la escritura. De hecho Uds. se preguntarán cuál es la razón de la foto que acompaña al texto y lo explico.
En la imagen aparece la parte inferior de la población de Apartadero (Mérida Venezuela), con el fondo de la Sierra Nevada de Mérida, en el páramo de Mucuchíes y la coloque hace un tiempo en nuestra cuenta de Facebook. Para nuestra sorpresa fue compartida 2.224 veces. Recientemente he descubierto que las fotografías que tomo le gustan a muchas personas y con regularidad las coloco en esa red social.
Lo de la escritura lo he canalizado con el blog. Por ello, casi siempre, cuando un libro me atrapa,
lo voy "desojando" muy lentamente, en particular en los momentos previos a
lanzarme en los brazos de Morfeo. En
esos minutos, que a veces pueden ser horas: leo.
En fin, no soy lector compulsivo como dije arriba. Es
posible que antes de concluir el libro que me haya atrapado le haga una reseña para La Botica.
Eso fue lo que me pasó con Vívido Sur
de Juli Salas de Carbonell (ver en: http://comoenboticadehumberto.blogspot.com/2017/03/vivido-sur-regresa-regresa.html).
El libro me ha cautivado tanto que no puedo dejar de escribir otras reflexiones sobre Vívido Sur y en particular, ahora que sí lo he concluido de leer,
sobre dos de sus relatos. Va el primero
cuyo título es: “La sorprenderte historia
de las tortugas del Orinoco”.
Podocnemis expansa o la tortuga del
Orinoco es un animalito, y esto por que ya después de la lectura del texto de
Juli, le tengo cariño. Realmente es la tortuga de agua dulce más grande de
América del Sur. Además es longeva y su
caparazón llega a tener en su edad adulta más de medio metro y puede alcanzar
los 35 kilogramos. Es muy perseguida por
su carne y sus huevos. Debo comentar que
en 1968 pasé la Semana Santa en el Estado Bolívar. El viernes santo en El
Callao y luego de ver esos hermosos animales
vivos, me ofrecieron un pastel de carne de tortuga. Lament é decir que “mi religión” me impedía
comer algo de esos animalitos. En fin, que la lectura del texto, además de
volverme a mis pocos viajes por el sur venezolano, me llegó hasta el corazón la labor de FUDECI a favor de preservar la tortuga del Orinoco que está a punto de
extinguirse por la acción depredadora de los humanos. Pero esa acción benéfica se ha detenido desde
2010.
Narra
la autora que desde 1946 se habían adelantado acciones para impedir que
los huevos de la tortuga del Orinoco se utilizara para hacer aceite. Y por
medio de una campaña veterinaria y educativa se preservaran los tortuguillos y
se criaran en ambientes que les permitía crecer
y fortalecerse para ser liberados en su habitad para que llegaran a su
vida adulta. En ese sentido entre 1994 y 2010 FUNDECI y otras instituciones
liberaron más de 434 mil tortuguillos.
Eso se detuvo. Ahora ni se crían tortuguillos ni se permite que ninguna
institución lo haga. Lamentable situación que la autora no ahonda en su razón
de ser pero que la intuimos.
Sobre
el segundo de los textos: “Gualberto
Ibarreto: ´Donar libros es donar sabiduría´, quiero reseñar "grosso modo" el texto de la autora. El día en que se nombró el sustituto del Dr. Carbonell en el Ministerio de
Educación, los esposos regresaron a su casa y encontraron con sorpresa, una cantidad importante de amigos
que le estaban celebrando su vuelta a la vida “normal”. Reflexiona Juli Salas de Carbonell no ser frecuente estas
manifestaciones de amistad pues, por termino general, cuando se sale del
gobierno, y de esas alturas en que estuvo el Dr. Carbonell, la gente no le hace
muchas carantoñas para no rayarse con los nuevos encumbrados. En la fiesta, el punto culminante fue la
presentación del cantante Gualberto Ibarreto. Y él tenía una buena razón para estar allí y cantar.
El
Pilar (Edo Sucre) es el terruño del cantante.
Con la conseja de que: “donar libros es donar sabiduría”, decidió regalar una casa para que se estableciera una
biblioteca en su pueblo natal. En esa
labor se dirigió al Ministro Carbonell para que el Ejecutivo proveyera los
libros. El trámite lo atendió la autora del libro que reseñamos y logró el
cometido. De tal manera que la
biblioteca de El Pilar, que lleva el nombre de la abuela del cantante, Doña
Elena María Barrios, era la razón para la participación de Gualberto Ibarreto
en la fiesta de la reinserción a la vida normal, del ahora exministro
Carbonell. Bonita historia, por los
libros y por la voluntad de todas estas
personas.
Reitero
que el libro: Vívido Sur no tiene
desperdicio. Además de las muchas historias interesantes, son lecturas cortas, que se leen fácil y gratamente.
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