viernes, 7 de febrero de 2014

Una Sociedad Particularmente Enferma...

Por Jesús Alfonso Osuna C.

Foto HRC (*)
La rabia no es enfermedad infecto-contagiosa, pero cunde entre nosotros. Verdad que aturde, que duele tanto o más que otras, porque es dolor de muchos y temor de todos. Porque las víctimas que genera tal dolencia nunca aliviarán su dolor, ni tendrán consuelo para su desamparo; no habrá remedio para la soledad que a muchos siempre ha de acompañar: la de los niños en orfandad eterna, el desconsuelo de quienes no pudieron comenzar a construir hogar, y el temor de aquellos que confiaban que el suyo era seguro; en fin, los sueños y el mañana de muchos truncados para siempre. ¿A qué viene todo esto?