viernes, 31 de julio de 2020

La fotografía y nosotros (I)

Foto (*)


Desde hace muchos años la fotografía me llamó la atención.  De hecho,  en nuestros estudios superiores  de Tecnología Educativa, el asunto de lo visual  fue muy importante. 

 

En ese tiempo –primera parte de la década de los 70 del siglo XX- no existía el Power Point. Las presentaciones docentes las preparábamos con tres retroproyectores y se sincronizaba la aparición de las imágenes en la pantalla con una cinta magnetofónica. 

 

Muchas veces las exposiciones docentes estaban constituidas por una gran cantidad de diapositivas, reveladas en el laboratorio de fotografía de la Escuela de Educación de la ULA, que obteníamos de muchas fuentes impresas. Entre las más utilizadas por nosotros estaba la revista “Life” en Español. Claro, siempre indicando los autores del material. ¡Qué tiempos aquellos!

domingo, 19 de julio de 2020

A otros les ha ido peor

En la semana que concluye me conseguí con mi amigo, el de la felicidad (*). Siempre le pasan cosas extrañas. 


Afortunadamente él esta decidido a ser feliz y al parecer lo consigue. 

 

¡Amigo, hace  tiempo no he sabido de ti, cómo te ha ido con el confinamiento y el Covid-19!, le expresé con el interés de escuchar sus cuentos  tan enrevesados y hasta peligrosos. 

jueves, 9 de julio de 2020

Asdrúbal Baptista o el espíritu del mundo

Foto (*)

Por: Luis Ricardo Dávila

... pues pensar y ser son lo mismo.

Parménides, siglo V a. de C.

 

el espíritu no puedalcanzar su perfección como espíritu autoconsciente

antes de haberse completado en sí, como espíritu del mundo.

Hegel, 1807

 

El futuro es el origen de la historia.

AB, 2000

I-            Recuerdo

 A veces cuando se escribe atravesado por el estupor emocional que produce una partida inesperada e innecesaria hacia la eterna noche, hay que conjurar esas tormentas íntimas que enceguecen con dolor lo que se quiere decir. Y, sin embargo, escribo con gusto en memoria de nuestra vieja amistad, lleno de gratitud para con mi maestro, paisano y compañero en aventura intelectual. ¡Ah, creo que no le olvidaré nunca! Le oigo aún en nuestros días y noches fraternales; le escucho aún entrando al aula de clase, haciendo sonar su profundo verbo, su infinita indagación, hacienda gala de su vertical figura, siempre presto a dejar sus huellas en el espíritu de quienes éramos párvulos estudiantes. Corrían los maravillosos años 70, comenzaban a romperse paradigmas sobre la condición petrolera de la economía venezolana, empezaban a utilizarse nuevos instrumentos teóricos para la investigación económica e histórica. Nos sorprendía ver la importancia de los hechos económicos en el proceso histórico venezolano.