jueves, 10 de noviembre de 2016

Aviso amistoso a los rectores de universidades



Patio Central del Rectorado de la ULA (Venezuela)
Por Orlando Albornoz
Hace algún tiempo fue designado rector de una universidad de las nuevas-viejas que el gobierno ha creado, empleando la varita mágica que les auxilia para tomar decisiones, un antiguo amigo. En efecto, en este caso el rector-designado era un antiguo como querido ex alumno, casi un discípulo, porque establecimos amistad y cooperación en aquellos años en los cuales le tuve en el aula. Supongo que mi sorpresa fue igual a la suya, porque ni él ni yo nunca pensamos, aun en nuestra calenturienta imaginación criolla, que accedería a una posición de tanta responsabilidad, porque aparte de sus estudios de pre grado no le conozco otros que pudiesen avalar las competencias para tal cargo, si bien tenía el potencial que le ha permitido arribar a esta posición citada como otra de importancia análoga o incluso superior. Pero el hecho es que debo confesar cierto resentimiento, porque mi alumno llegó a rector mientras que yo no pasé de jefe de departamento, una posición que comprobé inútil porque en Venezuela tenemos cátedra pero no departamentos, pero ello no viene al caso.