¿Cuál otra desgracia debe ocurrir en
nuestro país para conmover a la sociedad venezolana?...tal parece como si la de
las dos últimas décadas nos hubiera arropado junto
con el horror que la acompaña dejándonos carentes de capacidad de respuesta a
pesar de los estragos que los culpables de la misma continúan causando.
Es como si el habernos acostumbrado a
lo que nos ocurre fuera inherente de nuestra condición de seres sociales, pues
faltan adjetivos para calificar las ofensas que de aquellos hemos recibido,
pero sobran reclamos y reproches en voces ahogadas por el peso de la
indiferencia… ¿problemas?... ¡¡¡no!!!... otros los niegan, nos enfrentan y nos
dicen: “es el producto
de mentes perversas que intentan negar las bondades de una forma de conducir al
país”... ¿pero, acaso no son atroces los problemas que padece la población
venezolana?...es tragedia que perturba nuestra existencia…es calamidad
social.
Sin embargo, ellos no lo entienden
así, son oídos sordos frente al cuadro de miseria que todos padecemos y a
muchos pervierte sin que puedan ocultar su evidente complicidad, pues a pesar
de cuanto nos ocurre, no sin displicencia, con el mismo talante nos preguntan
“¿podría alguien afirmar que tenemos carencia alguna si todo lo tenemos
asegurado?”
No cabe la menor duda que esa debería
ser hoy nuestra realidad si en las dos últimas décadas se hubieran llevado a
cabo programas sociales sustentados en políticas consistentes proyectadas para
el largo plazo y no mediante acciones de caridad y beneficencia con intenciones
perversas; de haber sido así las condiciones sociales de los venezolanos serían
otras: disfrutaríamos de buena alimentación, excelentes cuidados para nuestra
salud física y mental, inmejorables servicios públicos: agua y salubridad e
innegable y esmerado cuidado de nuestro medio ambiente, vivienda digna,
protección de niños y adultos mayores con políticas envidiables por
cualesquiera de los países con mayor progreso social, educación que en el corto
plazo permitiría que nuestro país compitiera en el mundo del conocimiento y de
la ciencia para asegurarnos bienestar permanente, además no habría momento ni
actividad de nuestras vidas sin que las leyes dejaran de protegernos a todos
por igual, gozaríamos de las bondades que nos brinda la seguridad social, particularmente
niños y ancianos, permitiendo nuestros salarios que pudiéramos ahorrar recursos
suficientes para una vida digna, garantizándonos a su vez una vejez sin
penurias.
Pero es que mentir es más fácil que
mostrar la verdad del acontecer social de nuestro país, realidad que
avergüenza, realidad que intentan ocultar quienes ejercen funciones de gobierno:
gobierno títere y de titiriteros…cuyos
tenues hilos de sus erráticos movimientos son pulsados por los titiriteros
mayores, con generosa ayuda de quienes por décadas han sabido esconder lo que en
esencia son: tiranía que en sus comienzos a muchos cautivó y que en sus arengas
repitieron que aquello representaba la dignidad de nuestra américa mestiza. Tarde
comprobamos la verdad, pues ahora sus aventajados alumnos copian y practican aquí
aquella funesta aventura en intento hasta hoy exitoso de convertirnos en
esclavos de sus ambiciones sin medida y sin escrúpulos ¿Cómo lo han logrado? simplemente
¡mintiendo¡…porque la mentira predomina en nuestro país…mal que perturba el
entendimiento y envilece el espíritu, mal que prevalece en un país de la verdad
secuestrada…es así como comenzando el segundo mes del año 2018 el titiritero mayor nos convidó,
ofreciendo lastimosas limosnas a disfrutar a plenitud las festividades de las “carnestolendas” carnaval, vocablo que proviene
del latin, significa quitar la carne…
referido al ayuno de la cuaresma, tiempo de la liturgia del
calendario cristiano; ojalá a la intelligentia
que rodea al supremo no se le ocurra tomar al pie de la letra el significado de
dicho vocablo como norma diaria para nuestra alimentación.
Finalizado
el carnaval ahora intentan convencernos que
dentro de cuarenta días “seremos otros” no por obra de genuina creencia y mucho
menos por convicción de quienes sin quitarse la máscara nos invitarán para el
“sano recogimiento” y “merecido descanso” en semana que convertirán en jolgorio
y parranda, fiesta inmerecida para que los titiriteros oculten con perverso
disfraz la calamidad social en que nos han sumido.
…¿qué podemos hacer para cambiar
nuestra actitud de observadores a distancia cuidándonos de no correr riesgos?… ¿qué
puede hacer nuestra dirigencia opositora la que representa esperanza para el cambio
necesario?... ¡mucho! si con firmeza y determinación alcanza la comunión de una
unidad robusta y duradera, con
acciones que marquen diferencia entre verdad y mentira, enarbolada ésta como
estandarte de dominación por quienes nos gobiernan. Unidad que nos convoque a
todos y que necesita que creamos en nosotros, en nuestra fortaleza, como
valiosa contribución que no debemos tardar en ofrecer, pues no es tarea sencilla
destruir la falsedad que ha hecho presa de valores esenciales para la
convivencia entre los venezolanos. No será fácil lograrlo invocando viejas
hazañas y falsos ídolos del pasado; por el contrario, es necesario comenzar a
construir y editar una verdad creíble por todos los estratos sociales de
nuestro país; la verdad necesaria para convocar a la unidad sin diferencias. Es necesario dar ese trascendente paso con
el convencimiento de que es posible y ha llegado la hora de derrotar al títere mayor y a sus titiriteros.
“…y aun en medio de una tormenta, por algún
lado saldrá el sol…” Mahatma Gandhi
Nota
______________________________________
(*) Imagen tomada de:
http://pag72.blogspot.com/2011/07/diario-azul-del-titiritero.html
Nota
______________________________________
(*) Imagen tomada de:
http://pag72.blogspot.com/2011/07/diario-azul-del-titiritero.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario