En medio del confinamiento que guardo desde hace más de un año, con mi compañera de vida para evitar al COVID-19, la lluvia es hoy una constante en la ciudad de Mérida (Venezuela).
Para mucho es posible que, al fastidio del encierro, se le agregue el frio y la lluvia.
Afortunadamente, en medio del pésimo servicio del agua, de la red telefónica y la energía eléctrica, entre otras muchas menudencia de los servicios públicos, afortunadamente tengo conexión de internet. Esa ventaja me permite enviar twitter y mirar otros cuantos, que llegan incesantemente por la red. Estaba en esos escarceos tecnológicos cuando recibo un twitter de un amigo y afortunadamente logro ver el video que remitía.
Para ser breve: mientras tonteaba en el computador revisando y mandando twitters y miraba con cierto fastidio la lluvia que caía sobre la ciudad, en el alto del páramo merideño, estaba cayendo una nevada fabulosa, tal como lo informaban en el mensaje.
Pocas veces reenvío estas cosas. Pero no aguanté y mandé el twitter. Pero, soy de acciones tecnológicas más lentas y a veces hasta más complejas. Comencé a pensar: ¿cómo comparto el video con mis lectores en La Botica?. Bueno, en eso me puse y finalmente logré comunicarme por WhatsApp con el amigo que había enviado el video, a quien hace mucho tiempo no veo físicamente.
Primer descubrimiento: el amigo no era el autor del video. Le había llegado por un chat en donde está. Segundo: a cuenta de ser ingeniero de sistemas me explicó “infructuosamente” para mi, dado mi analfabetismo tecnológico, cómo hacer parar montar el video en el blog. Sin embargo, terminó diciéndome: “ chico, te voy a enviar el video a tu correo electrónico”. Y el video llegó.
De tal forma que monté el video en el blog. Lo hice básicamente pues a nosotros nos visitan muchos merideños y venezolanos que forman parte de la diáspora del país. Parar ellos quiero decirles que hoy, domingo seis de junio de 2021, hubo una nevada fabulosa en el páramo merideño. Alguien la registró y nosotros tomamos la decisión de colocarla aquí para quien desee, pueda verla y recordar a su terruño, desde los lejanos lugares donde residen.
Excelente querido amigo Humberto. No podemos dejar de conmovernos por las bellezas que nos regala la vida. Un abrazo
ResponderEliminarAsí es. Muchas veces la tensión de lo que nos preocupa nos impide ver cosas hermosas que nos muestra el entorno natural y social. Un saludo.
EliminarQue falta nos hacen esos picos, ese cielo y ese aire a ahumado, a chocolatico caliente y a paledonias recién horneadas
ResponderEliminarQue bonita nevada y que bonita Mérida! ha dado vueltas al mundo ese video! gracias por compartirlo
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