Por: Álvaro Sandia Briceño
y Germán D’ Jesús Cerrada (*)
La iniciativa nació un 8 de diciembre de 1957, después de la celebración de la misa y procesión de la patrona de la ciudad, la Virgen de la Inmaculada, en el hogar de los esposos Guillén Lamus.
La señora Carmen Elena Lamus de Guillén preguntó en medio de la tertulia de los amigos que compartían un almuerzo, que pasaría en Mérida si se generara un incendio, siendo la única repuesta del momento, esperar la llegada de los bomberos de Valera o San Cristóbal y solo quedaría encomendarse a Dios para evitar una tragedia.
Ante esta respuesta, César Guillén Calderón propone a sus amigos presentes, entre ellos Manuel Méndez León y Miguel Delgado Febres, que asumieran entre ellos y otros merideños la convocatoria para crear un Cuerpo de Bomberos para la ciudad. Como cosas del destino, no habían transcurrido unas cuantas horas de haberse asumido el compromiso de tener en Mérida un Cuerpo de Bomberos, cuando se generó un voraz incendio en la ciudad, en una empresa dedicada a la venta de cauchos, ubicada en la Av. 2 Lora, entre las calles 16 y 17, propiedad de Don Faustino Barrios conocido comerciante de la época quien además era tío y socio comercial de César Guillen Calderón.
El sector de Milla vivió horas de angustia donde funcionaba la empresa; para controlar y sofocar las llamas del incendio, acudieron al sitio personal militar del Batallón de la Policía Militar acantonada en el Cuartel Rivas Dávila, efectivos de la Policía Municipal y Guardia Nacional, apoyados por voluntarios, quienes después de varias horas lograron controlar el voraz incendio.
Con esta experiencia la iniciativa de crear para Mérida un Cuerpo de Bomberos no se hizo esperar. Al grupo inicial se sumaron otras personas e instituciones como la Cámara de Comercio y el Club de Leones de la ciudad, la Iglesia Católica en la voz del presbítero Eccio Rojo Paredes, director del diario El Vigilante, distinguidos merideños, entre otros José de Jesús Avendaño, Pedro Pulido Hernández, Enrique Febres Arria. También se incorporaron a esta causa destacados profesionales del sector salud, Juan de Dios Celis Dávila, Daniel Febres, Alberto Camacaro Salazar, quienes se comprometieron a brindar asistencia médica a los futuros bomberos.
Siendo gobernador del estado Mérida el Dr. Vicente Talamo, en los años de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, se constituyó la primera sociedad civil con fines de promover la fundación del primer Cuerpo de Bomberos de Mérida.
La junta directiva conformada por: Manuel Méndez León, presidente; Miguel Delgado Febres, secretario; Cesar Guillen Calderón, tesorero; Domingo González, German García Méndez y Enrique Rincón, suplentes; Carlos Delgado Febres, médico y Julio Gutiérrez Arellano, abogado.
La mencionada junta comenzó a trabajar en firme, así se reclutan a 8 jóvenes, Sergio Hernán Ramírez, Roberto Becerra Rosales, Atilio Parra, Custodio Rojas Sánchez, Antonio Rojas Pulido, Ramón Rangel, entre otros, quienes querían ser bomberos y se envían como aspirantes y para su formación al Cuerpo de Bomberos de Barinas, siendo recibidos por el Comandante Capitán (B) Manuel Rodríguez Labarca, donde recibieron toda la formación práctica y teórica, en un curso que duró hasta finales del año 1958. Mientras tanto, la junta continuaba con su trabajo firme, sus trabajos de organización y recaudación de fondos para la adquisición de la primera unidad bomberil.
El trabajo organizativo tuvo numerosos contratiempos ya que, no solamente fue objeto de indiferencia de muchas personas y sectores de la ciudad, sino que tuvo también oposición ya que el decir de muchos, no se justificaba la creación de un Cuerpo de Bomberos en una ciudad como Mérida donde llovía 10 meses al año, y por esa circunstancia surgía una pregunta: ¿Mientras no hubiera incendios, en que se ocuparían los bomberos? Mientras tanto, la junta continuaba su trabajo, dispuesta a coronar sus esfuerzos.
Ya eran tiempos de inicio de los primeros días de democracia, la dictadura había sido derrotada a comienzos del año 1958. La Junta – promotora del Cuerpo de Bomberos- se entrevistó oficialmente con el entonces Gobernador, Dr. Carlos Febres Poveda, para solicitar el apoyo gubernamental, contando ya con el personal entrenado, con la ayuda técnica y también con alrededor de treinta mil bolívares, que habían sido recaudados en el comercio de la localidad. Fue entonces cuando se fundó el Cuerpo de Bomberos de Mérida, el 27 de diciembre de 1959 –hace justamente sesenta y un años- , con asiento en una parte del edificio de la Dirección Obras Públicas del Estado, ubicado en la calle 3 del populoso barrio “Campo de Oro”, donde permaneció hasta la construcción de la nueva sede. Bajo el mando del Sargento Segundo (B) Herminio Rodríguez, Comisionado de los Bomberos del estado Barinas, siendo su primera promoción como institución el 17 de diciembre de 1960. Es así como comienza a consolidarse el Cuerpo de Bombero de Mérida.
La unidad bomberil fue pedida inmediatamente a Estados Unidos, pero mientras ésta llegaba, se utilizó una unidad gentilmente cedida por otro Cuerpo de Bomberos. Para completar el valor de dicha unidad bomberil y también para satisfacer los gastos de mantenimiento de la institución, la Junta pidió al Concejo Municipal la creación de un impuesto en el sellado del 5 y 6, consistente en un bolívar por cuadro sellado, el cual fue aprobado por la municipalidad. .
La Guardia Permanente del Cuerpo de Bomberos de Mérida en 1960 la integraron: Sargento Rafael A. Romero, Instructor, Cabo Auxiliar Lino A. Barrera, Jefe de Servicio, Distinguido Emanuel Sandoval, Maquinista, Norberto A. Perdomo, Maquinista, Amado J. Chacín, Bombero de Segunda, León A. Vargas, Bombero de Segunda, Rafael A. González, Bombero de Segunda, Albino J. Pirela, Bombero de Segunda, José M. Ferrer, Bombero de Tercera, Luis A. Sosa, Bombero de Tercera, Catalino Sosa, Bombero de Tercera, José R. Carrillo, Bombero Voluntario, Williams Vega, Bombero Voluntario, Antonio J. Romero, Bombero Juvenil y Néstor J. Romero, Bombero Juvenil.
El Cuerpo de Bomberos fue cosechando frutos, la ciudad crecía, paralelamente la institución se hacía más grande y sus necesidades también fueron creciendo. En ese entonces el gobernador merideño era el Dr. Germán Briceño Ferrigni, quien ante la constante solicitud de sus Amigos de la Sociedad Civil Cuerpo Bombero de Mérida, logra recursos para adquirir en primer término los terrenos donde se construiría la nueva sede; se concreta la construcción en la Urbanización Humboldt, instalación física que siempre ha sido referente como un extraordinario cuartel de bomberos, celebrándose su inauguración en diciembre de 1972, cuando se produce la mudanza de su vieja sede de Campo de Oro.
El 9 de marzo de 1978, ante el crecimiento y nuevas necesidades económicas, la sociedad civil denominada “Cuerpo de Bomberos de Mérida” se disuelve y traspasa todos sus bienes al Ejecutivo Regional, quedando la institución adscrita a la Comandancia General de Policía del Estado, durante el ejercicio del Gobernador Dr. Rigoberto Henríquez Vera, quien dando continuidad a la labor desempeñada por los promotores, nombra una Junta Consultiva integrada en su mayoría por los fundadores.
El éxito de la fundación del Cuerpo de Bomberos de Mérida, estimuló a otras poblaciones del interior del Estado para que surgieran iniciativas similares y de esta forma nacieron nuevas sedes bomberiles. El 12 de diciembre de 1967 en El Vigía, el 08 de mayo de 1974 en Tovar y así contar con Cuerpos de Bomberos en cada una de estas ciudades. Hoy el Estado Mérida cuenta con 20 sedes repartidas en toda su geografía.
El 18 de octubre de 1990 se promulgó el Reglamento General del Cuerpo de Bomberos del estado Mérida, y el 06 de agosto de 2010 se decreta el Manual de Organización y Funciones de la Dirección de Poder Popular de Bombero del estado Mérida.
El Cuerpo de Bomberos de Mérida no escapa a la crisis que vive el país, hoy la institución está carente de unidades nuevas y modernas, así como que las unidades con que cuenta estén operativas y en condiciones que permitan la buena actuación de los bomberos, el Cuartel “Vicente Campo Elías” requiere después de cincuenta años que se amplíe y se adecúe a las circunstancias del momento, los salarios deben de ser revisados con la finalidad de estimular a los bomberos actuales y a las futuras promociones. Toda esta situación está generando que no se cuente en Venezuela con la cantidad de Bomberos requeridos para satisfacer los estándares mínimos adecuados de éste tipo de profesionales por habitantes.
No existe sociedad en ningún país del mundo donde los bomberos no sean recordados por sus hazañas, por sus sacrificios y, especialmente, por su sonrisa al momento de expresar su satisfacción de haber cumplido con su código de Abnegación y Sacrificio, que es su Honor y su Orgullo.
Fotografías: archivo de César Guillén Lamus y Germán D’ Jesús Cerrada.
Fuente de César Guillén Lamus y hemeroteca privada.
(*) Nota del editor (HRC)
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Agradezco a los autores su gentileza para publicar el texto aquí. Así mismo, indicio que en el original había una composición fotográfica que, dada mi incapacidad técnica, no pude colocar en el blog y solo logré copiar las fotos que agregué en el texto. Espero disfruten la historia que es digna de admiración y de difusión sobre todo para las nuevas generaciones de merideños.
Foto 1: De izquierda a derecha Dr. Gumersindo Rodríguez, Dr. Germán Monzón Salas, Sr. César Guillén Calderón y Dr. Alfredo Dini Ruiz.
Foto 2: De izquierda a derecha Srs. César Guillén Calderón, Manuel Méndez León y Miguel Delgado Febres. Datos suministrados por Álvaro Sandia Briceño.
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