Nos invitaste a escribirte, pues heme aquí.
Yo soy menor que tu, por lo que llegué, si mal no recuerdo, hasta cuarto grado y ahí cerraron el colegio.
Las hermanas eran de la congregación de las Esclavas de Cristo Rey, como en la gran mayoría de los colegios de los Jesuitas.
El salón de Actos (bastante grande por cierto) estaba muy cerca del túnel del que hablas. En el vimos "El manto sagrado", "El Mundo del silencio" y otras películas. Me acuerdo de esas dos y muy claramente, las películas eran los jueves.
El orfeón lo dirigía el Profesor Luis Arconada Merino y para un recital fui seleccionado.
El Rector que cerró el colegio fue el P. Frances.
Recuerdo los estudiantes oriundos de Caracas que tuvieron el accidente aéreo, donde fallecieron todos los que iban en el avión. Las hélices están en la casa de retiros de San Javier del Valle. No fue en ese sitio el accidente, como se solía pensar cuando viví en mi bella ciudad de Mérida.
Los estudiantes lo conformábamos los internos, la mayoría de Caracas y zonas vecinas a la misma, y los externos: nosotros.
Había un interno, cuyo nombre por supuesto no me acuerdo no solo por el tiempo, sino que era de bachillerato y yo de primaria, que era ambidiestro y se ganaba sus churupos haciéndole las líneas que le ponían a otros por algo que no debieron haber hecho. Me parece verlo sentado en las escaleras, escribe que te escribe con una velocidad increíble.
Cómo no recordar las fiestas rectorales, las competencias a las que aludes, las actividades deportivas (futbol especialmente, ciclismo, basquetbol, menos natación, beisbol).
La pequeña puerta hacia la Av. Tulio Febres daba justamente enfrente nuestro. Le pasábamos enfrente a la piscina (de agua fría por cierto), el salón de Actos, la casa de las hermanas (siempre vestidas de blanco), a nuestra izquierda caminando hacia los salones de Primaria hasta 4to. Grado como escribes, estaban los campos de futbol.
La capilla era el sitio de la misa diaria (para personas como Mamá) y dominical, en lugar de ir a parroquias. Me acuerdo de un Monumento de Semana Santa que quedó en mi memoria: era una mesa larga con un mantel, trece escudillas de barro y en el centro de la mesa un gran pan redondo y racimos de uvas. Delante de la mesa habían algunos taburetes. A esa capilla iban los estudiantes de la ULA con los que trabajan los Jesuitas y tengo una anécdota con ese grupo: de entre ellas había una chica que yo siendo niño la veía bella y como que estaba enamorado idílicamente de ella. Un viernes por casualidad fui a la misa de 06:00 PM a encontrarme con Mamá, se estaba realizando una boda, pero cual es mi sorpresa que al voltearse los ya esposos para salir, la Novia era mi chica. Confieso que esa noche lloré en mi cama de celos, luego se me olvidó. Enamoramiento fugaz.
Mencionas al P. Bilbao, también el P. Azur (por ahi iba su apellido), el P. Andreu y otros. Me acabo de acordar de la Hna. Gandía.
En la puerta principal había siempre un hermano que era el enlace entre lo exterior y el colegio.
El colegio era referencia no solo en Mérida/los Andes, sino a nivel nacional.
Hubo un rollo con una cooperativa (que creo se llamaba Javier) y por eso se vende el colegio. No tengo más detalles.
Yo siempre he sido muy metido, me gusta observar y mucho, y me gustaba mucho adentrarme en el colegio grande y su mundo, era mas interesante que la Primaria, tenia mas vida. Tenia algunos panas de 5to y 6to grado, como de 1ero y 2do año, hasta ahi, los demás eran los grandes, las referencias, uno los miraba con respeto o por lo menos yo.
Fui Lobato (en la Asociación Scout de Venezuela) en ese tiempo y la Akela era de apellido Jauregui (no me acuerdo de su nombre), muy vinculados con los Jesuitas.
Te dejo esos recuerditos de nuestro querido colegio.
Fuerte abrazo para Uds.
Oswaldo Ruiz Salas
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