Humberto Ruiz
En
la historia reciente, el género humano ha logrado llevar esto de la guerra a niveles lamentables de violencia, justificándolas por diversas razones. De allí que se conozcan términos como la Guerra del Opio, la Guerra de Golfo, la Guerra del Futbol, la Guerra de los Carteles de la Droga, la Guerra del Oro, y ya se especula que,
en el futuro, la humanidad soportará la Guerra del Agua. Y ahora, como una
expresión de la mayor majadería política, lo que estamos denominando como la Guerra de la
Basura. De esta última somos victimas los habitantes de la ciudad de
Mérida.
Es
lamentable que la Alcaldía de Libertador
no recoja eficientemente los desechos sólidos, como eufemísticamente se le denomina a la basura. Ciertamente, hay que indicar que
es una de las responsabilidades de ese ente del gobierno local. Pero, hay que
destacar que en esa función concurren muchos otros entes públicos, en razón de
una larga y compleja historia. Por ejemplo, una parte importante de la
recaudación por el servicio de aseo urbano lo hace Corpoelec, por lo que además
cobra, al decir del Alcalde, una suma que
a nuestro parecer es astronómica, puro capitalismo salvaje: el 15% de la
facturación[i].
Pero
la situación de la basura en Mérida no se queda allí. Hay otra situación que
resulta inaudita: la Alcaldía dice que
esos recursos no se envían a ese organismo que es el que hacer el trabajo. Mientras que
Corpoelec indica que sí se los remite.
Si es cierto lo primero, mal muy mal por la Alcaldía. Pero, si verdad lo
segundo: mal muy mal por Corpoelec. Pero,
esto debería ser fácil de dilucidar. Los
ciudadanos exigimos que se muestren las relaciones, los cheques, las
transferencias y los documentos que evidencias cual quiera de la situación, para
establecer la verdad de ello. Hasta
ahora hemos escuchado al responsable de la Alcaldía de esta tarea y de lo que cuenta estamos ante
una verdadera acción delincuencial por parte de un organismos del Ejecutivo
Nacional: apropiación indebida, atentado contra la saludad de los ciudadanos y
quien sabe cuantos otros delitos. Todo los merideños deberíamos exigir
respuesta a Corpoelec. Para hacer corto la deuda alcanza a un poco
mas de 27 millones de Bolívares lo que
alcanza a mas de catorce meses de lo que la Alcaldía debe pagar a la empresa
contratada para realizar el servicio del aseo urbano.
Hace
algunos días atrás el desatino de esta absurda controversia se potencia a límites de total irracionalidad. Así, sectores
organizados -o no- de las comunidades,
decidieron arrojar la basura a la vía
pública en protesta por la inadecuada
recolección de los desechos sólidos. Con lo cual, a la acumulación de la
basura se agrega un daño más, no sólo
para los vecinos de los sectores afectados,
sino que dificulta la vida e incide en la salud de los transeúntes, quienes pasan por las zonas en donde han
ocurrido estos hechos. Con esta absurda conducta más propia de sociópatas no
se resuelve el mal sino que
lamentablemente se agudiza para los habitantes -incluso de quienes esto hacen- y
los visitantes de la ciudad.
Se ha
llegado a un nivel superior en este cúmulo de equívocos. Grupos de
“encapuchados” han secuestrado camiones de la empresa que presta el servicio de recolección de la basura y han
lanzado los pestilentes materiales a las puertas de Corpoelec. Con este proceder afectan la recolección de
la basura y también a quienes trabajan en ese ente gubernamental -y no sólo a
los responsables de que se pague o no lo
recaudado a la Alcaldía, si es el caso-. También se perjudica a los
vecinos y a quienes transitan por las
vías afectadas. En los dos últimos
casos: hay responsabilidad de los órganos de seguridad del Estado. ¿Qué es eso
que haya personas que lanzan la basura a
las vías y la policía no haga nada para impedirlo o sancionarlo? ¿Cómo es posible que encapuchados puedan
secuestrar camiones de URBASER y
esparcir la basura sin que se establezcan responsabilidades? ¿Estaremos a un
paso de la anarquía en la ciudad? ¿A quienes beneficia esta situación? Ya sabemos
que nos afecta a todos. ¿Pasaremos
a la historia, con la absurda indicación que en Mérida se produjo una guerra
entre funcionarios gubernamentales y
sectores ciudadanos que tuvo como origen el manejo de la basura? Es decir: la triste historia de la guerra de
la basura.
Exigimos
que se resuelva esta lamentable situación y elevamos nuestra más enérgica
protesta como habitante de Mérida por la situación que se vive. Además, alerto
que en este juego de intereses políticos, la guerra no derive en un mayor
deterioro de los espacios públicos, que afecte a la salud de los habitantes de
la ciudad o se llegue a la insensatez de atentar contra la vida entre los
involucrados.
Debo
confesar a nuestros lectores que éste
escrito lo tenía listo desde hace días. Pero, pensé que era mejor esperar a ver
si la situación de la basura en Mérida
se resolvía y también para tener mayor información. Los hechos acaecidos hoy me han decidido a
publicarlo. ¿Qué ocurrió hoy? Pues
veamos.
Cerca
de las diez de la mañana bajaba por la Av. Panamericana y a la altura de la
Urb. Los Pinos vi una aglomeración de carros y motos. Muchas motos. También
vi un camión compactador saliendo de ese lugar. Una hora y media después
escuché por una emisora local que el Alcalde denunciaba que funcionarios de la
Gobernación del Estado y grupos de
militantes de un grupo político que ahora parecen tener mucha importancia en la ciudad, habían entrado en un local y secuestrado un número
importante de camiones compactadores
que se tenían para recoger la basura. Señor gobernador Ud.
fue elegido por los votos de los merideños
como también lo fue el alcalde.
Diga Ud. qué es lo qué pasa y pongase de acuerdo con los distintos
organismos públicos nacionales,
estadales y locales para colaborar con la limpieza de la ciudad. Aquí nadie
quiere una GUERRA DE LA BASURA. Ni guerra de ningún tipo. Queremos paz para la
ciudad y buena calidad de vida.
Nota
[i] El
miércoles pasado se nos explicó esto que se debe a una decisión de hace varios
años y que responde al hecho que una gran parte de la factura del aseo urbano
es de poca monta y muy dispersa. Para
que justificara el porcentaje indicado se
elevó hasta el 15%. Es decir, un muy buen negocio para cualquier empresa y mucho
más si es pública mayor.
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