viernes, 17 de agosto de 2018

!Y lo que falta!

Foto (*)
Este viernes, pensando en la reconversión del cono monetario y el alza del precio de la gasolina en Venezuela, decidí levantarme e ir temprano a poner "full" el tanque de mi carro. 

Realmente el cuento viene de más atrás. Hace un año tenía un viaje y justamente no había gasolina en las bombas de la ciudad donde vivo. 

Para hacer el viaje hasta el aeropuerto tuvimos que extraer gasolina de un carro para otro y en la operación se dañó el medidor. 

De tal manera que para no quedarme accidentado por falta de gasolina le pongo “full” al tanque del carro con cierta regularidad. Además, anoto para que no se olvide. Mandar a arreglar el medidor es costosísimo y los repuestos no se consiguen y un largo etcétera.  Así resolví hasta ahora, ese pequeño accidente, que en nuestra sociedad en crisis, es casi imposible resolver.

Pero bueno, el cuento viene a que salí a cargar gasolina muy temprano y solo habrían unos veinte vehículos en cola. Adicionalmente, estaba de suerte y había de los dos tipos de gasolina  que se venden. 

El bombero colocó la manguera y nos llenó el tanque. Miré en la máquina, y allí se marcó el monto de la operación: Bs. 120. Saqué dos billetes de Bs 100 y se los extendí. 

Me miró y me dijo: “Sr. no estamos recibiendo esos billetes, por lo del nuevo cono monetario, solo de Bs 1.000. Tampoco podemos dar vuelto.”  

Lo siento, pero es lo único que tengo –le repliqué.

El bombero me miró y sin inmutarse, me dijo: “No se preocupe,  déjelo así. Otro día paga”. 

Los choferes tanto del vehículo que me precedió, como del que estaba al costado pagaron con sendos billetes de Bs. 1000. No creo que su cuenta fuera superior al consumo de la gasolina que había intentado infructuosamente que me vendieran. De tal manera  que, al no dar vuelto, el bombero tenía como unas 4,5 veces más el monto de la gasolina de los tres carros. Hecho el cálculo rápidamente, di las gracias y me retiré.

El chofer que estaba a mi costado  me sonrió  y yo le comenté: “qué locura”. El personaje sin perder la calma y la sonrisa me contestó: “Y lo que falta”.

Ciertamente, los venezolanos vivimos situaciones que rayan con lo insólito, una de ellas la hiperinflación que se espera llegue al millón por ciento en unos días. ¡Pobre país y pobres ciudadanos! Sólo espero que no falte mucho para poner remedio, sensato y eficiente a estas situaciones. 




 Nota
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