Amanecer frente a la Sierra Nevada de Mérida
Por: Alejandra Ruiz Hidalgo
Hace poco menos de una semana terminé de leer un libro llamado “Hello fears” en español “Hola miedos”. La autora, Michelle Poller, es venezolana, de abuelos judíos que estuvieron en campos de concentración y por un golpe de suerte lograron emigrar a Venezuela.
Debido al trauma que conlleva vivir situaciones tan duras, a pesar de ya no estar en los campos de concentración vivían con miedo y se lo trasmitieron a su madre y su madre luego a ella.
Vivió con miedo constantemente hasta que logró enfrentarlo y ahora vive de contar su historia e inspirar a otros a salir de la zona de confort y superar los miedos aun y cuando hayas vivido terribles circunstancias
La autora comenta en el capítulo final del libro, lo feliz y poderosa que se sintió al ir a Polonia y asistir a la concentración que se hace para rendir memoria y homenaje a la supervivencia de los judíos de lo que fue el Holocausto.
Expresa lo optimista, feliz y poderosa que se siente al saber que años más tarde donde sus abuelos sufrieron inimaginables torturas ella, ahora alza su voz valientemente y ve cómo a pesar de la pesadilla, ganó lo bueno, la vida. En fin, ganaron ellos.
Yo, como venezolana, al leer el libro no puedo dejar de cuestionarme los miedos que, aun viviendo en el extranjero, tengo arraigados.
Sigo teniendo miedo a que me asalten, muchas veces compro inconscientemente como si se fuera a agotar la comida, reúno dinero con el sentimiento de que algo malo puede pasar y tengo que estar preparada.
Todo esto lo hago inconsciente y no hasta ahora que, lo estoy viendo desde esta perspectiva. Sin duda los que vivimos o hemos vivido en Venezuela desde hace mínimo 10 años atrás pueden pasar por lo mismo que yo les comento.
Sin embargo, al leer este libro, sé que tengo la oportunidad de cambiar esa realidad, ser un poco más libre quizás.
También soy optimista, y me gusta imaginarme que salimos de esta pesadilla y volvemos a ser un país, por lo menos, con una vida normal y con oportunidades de progresar.
Solo espero que dejemos de esperar un salvador y empecemos, nosotros mismos, a construirnos las oportunidades.
Veo con preocupación cómo venezolanos en el extranjero (o por lo menos en España) empiezan a hacer las mismas cosas que causaron su huida hacia otro país.
Venezolanos dañando el sistema, cobrando por procedimientos que son gratuitos, como una cita para sacar la licencia o renovar la tarjeta de residencia. A provechándose del sistema para volver a las mismas conductas que destrozaron el país.
Sé que llegará el día en el que pueda caminar por mi país, celebrando la democracia y la libertad así como la autora del libro lo hizo en Polonia. Sé que el sol saldrá de nuevo en Venezuela, solo espero que estemos preparados para apreciarlo siendo de nuevo ciudadanos de bien.
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