Después de 4 décadas de formar parte del bloque
comunitario europeo, el Reino Unido, eligió el pasado 23 de Junio, en un
proceso polémico que se conoce como Brexit (acrónimo de Britain y exit ), dejar de formar parte de la Unión Europea Después
de poco más de un mes de celebrada dicha consulta, diferentes estudios
realizados por organizaciones como la OCDE, el London School of Economics, el
FMI, y analistas de la prensa especializada, apuntan fundamentalmente, hacia
las consecuencias económicas-financieras y políticas globales que comenzaron a
manifestarse inmediatamente. Sin embargo, las repercusiones más resaltantes, se
producen dentro del ámbito europeo.
1 Reino
Unido, 43 años como socio del bloque,
2 La
Unión Europea
Terminada la segunda guerra mundial, la dirigencia
europea, se planteó la necesidad de contar con un proyecto que permitiera la
edificación de una Europa integrada y
estable. Inspirada por las tesis de
Jean Monnet y posteriormente de Robert Schuman, esta noción europeísta comenzó
a materializarse a partir del
Tratado de Roma de 1957. Se inició un proceso de integración económica, que progresivamente
fue creando instituciones supranacionales, dónde los estados cedieron competencias
en favor de un diseño común. A pesar de la importancia del mismo, la Gran
Bretaña no logra su incorporación sino hasta 1973, entre otras razones, por la
particular negativa de los británicos de
adherir a un esquema que
planteaba la cesión de soberanía. Por ello, entre otras razones, dijeron no
a la Unión monetaria.
Lo que comenzó como una crisis financiera en EEUU en
2007, se trasladó en forma de crisis de deuda y de depresión a Europa,
afectando en mayor proporción a los
países periféricos europeos, situación que alcanzó su clímax durante la crisis
griega. La retórica de la dirigencia europea no ha solventado los problemas, particularmente
los relativos a la recesión económica y a las altas tasas de desempleo, que en
promedio están por encima del 10%, y que en algunos países como España y Grecia
han superado el 20%. Esta crisis, se ha manifestado en un contexto de inconsistencia
gerencial y política, que ha propiciado el crecimiento de movimientos
ultranacionalistas, contrarios a la vigencia del proyecto europeo. La crisis se
agudizó con el boom migratorio.
Después de 60 años el proyecto de integración, muestra múltiples
debilidades. Cohn Bendit eurodiputado francés opina que estos grupos
extremistas, exaltan los nacionalismos en contra de la construcción Europea, olvidando los
logros y realizaciones del proceso integrador, particularmente en favor de la
paz y en contra de los totalitarismos (Le Monde 30 Junio 2016)
El resultado del Brexit, alentará a los movimientos eurófobos y
ultranacionalistas en países como Francia, Holanda, Polonia, Austria,
Finlandia, Dinamarca y Alemania, lo que podría producir un efecto dominó de
consecuencias impredecibles para el proyecto europeo. La historiadora Bárbara
Tuchman, sostenía en su libro “La marcha
de la locura” publicado en 1985, que la leyenda griega del caballo de
Troya, nos muestra “hasta dónde, la humanidad es adicta a seguir políticas
contrarias a sus propios intereses”. El caso europeo, parece corroborar su
posición.
Es posible que, a final de cuentas, el costo político
supere con creces, las repercusiones en el ámbito económico. La pregunta es si
la noción de Europa Unida está tocando a
su fin, si las grietas que se observan en su estructura avizoran un derrumbe
irremediable. Los riesgos potenciales son numerosos. En turno está Italia, con
gravísimos problemas en su sistema bancario y financiero.
Economía Global
En los próximos meses, El Reino Unido comenzará sus
negociaciones con el resto de Europa, para definir su nuevo status comercial y político.
Seguramente, los primeros efectos se concretarán en ajustes arancelarios. Es
factible un incremento de las barreras al comercio, lo que obligará a negociar
acuerdos de libre comercio entre las partes. Ello repercutirá en el resto de la
Economía global en un clima de volatilidad, incertidumbre y bajo crecimiento.
El FMI, en información del pasado 19 de Julio, estimó
que las economías del Reino Unido y Europa serán las más afectadas. Se estima
un crecimiento de la economía mundial del 3,1% en 2016 y 3,4% en 2017.
Para los países productores y exportadores de
materias primas, el impacto se medirá en función de la cuantía en que el Brexit
afecte la economía mundial y la demanda de commodities.
Nota
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(*) El autor es economista y profesor universitario en la UCLA. Publicado previamente en El Impulso, Barquisimeto (Venezuela), 08 Agosto 2016.
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