Némesis (*) |
En su célebre conferencia sobre la felicidad de 1999,
André Comte-Sponville, afirmó: “La
búsqueda de la felicidad es la cosa mejor repartida del mundo”. El mismo autor comienza sus palabras con una frase de Pascal que no deja a dudas: “Todos
los hombres (y para ser políticamente correctos, también las mujeres, diremos
nosotros) buscan la manera de ser felices. Esto no tiene excepción…”[1].
Sin embargo, Comte-Sponville ubica esta realidad desde la aparición de la
filosofía griega, con Sócrates, Platón,
Aristóteles y desde allí hasta nuestros días.
Sin embargo, si tal generalidad, en la búsqueda de la
felicidad, existe entre los seres humanos, ¿no vendrá de más atrás en su
historia? Desde nuestra perspectiva creemos que ello acompaña a nuestra especie
desde que fue "Homo Sapiens". Y eso es decir mucho más perdido en los tiempo
humanos. Veamos.
El sentido de lo religioso aparece desde que el homo
sapiens está en el planeta. Hay dos sentidos de lo religioso[2].
El primero es la sujeción de las personas a una divinidad y la otra ser
escrupuloso en los deberes impuestos por la autoridad para el culto a los
dioses. En el primer sentido, se acentúa la vinculación de las personas con
la divinidad y en el segundo se orienta
a lo ético-jurídico.
En este primer sentido de lo religioso –la sujeción
con las divinidades- es que
aseguramos que sí hay relación entre lo
religioso y la felicidad, debe ser nuestra preocupación y ocupación con la
felicidad tan antiguo como la existencia de la especie humana. Ciertamente, en
algunas sociedades hay referencia a
deidades que están vinculadas a la
felicidad. En algunas directamente y en otras asociadas a otras condiciones y
necesidades humanas.
Ramnunte fue un asentamiento en la Grecia antigua, en
Ática cerca de Maratón, frente al mar Egeo. Tuvo sus tiempos de esplendor entre
los siglo V y IV a. C. Allí se le construyó
el santuario a “Némesis” por lo que se le llamó la diosa de Ramnunte[3]. Se le considera la deidad de la justicia
distributiva, así como de la solidaridad, la venganza, el equilibrio y la
fortuna. Pero Uds. dirán en dónde
aparece la felicidad. Pues vamos allá.
Némesis también estaba encargada, por los dioses del
Olimpo griego, para “medir” la felicidad de los mortales. Establecida esa medida actuaba
en consecuencia para hacer respetar los designios divinos, del resto de los dioses,
castigando a quienes desoyeran o contradijeran las decisiones divinas. Némesis
era la encargaba de castigar a quienes infligieran sus designios. Pero también,
quitaba u otorgaba la fortuna que las personas tuvieran de más o de menos[4]. En fin, Némesis se le consideraba una suerte
de profesional del Olimpo encargada de las estadísticas humanas de la felicidad
y de su distribución. Némesis estaba colocada por encina del resto de los
dioses del Olimpo y era consideraba una deidad superior. ¡Toda una
superdeidad!.
Bastet |
En los primeros tiempos de la civilización
egipcia, en el llamado Antiguo Egipto
(entre el 2686 y 2181 a. C.) existió la ciudad de Bubastis, en el delta del Nilo. Esa ciudad fue la cuna del culto a “Bastet” que se extendió
y perduró por siglos. Se indica que el historiador Herodoto en el siglo V a.C. escribió una descripción
de la ciudad y de los peregrinos que acudían a rendir culto a la diosa Bastet.
Representada por un gato también era personificada por una esbelta mujer con
cara de felino. Se encargaba de proteger el hogar y procurar la alegría de
vivir, considerándosele la diosa de “la armonía y la felicidad”. Como
toda deidad que se preciara podía ser dulce y terrible en su proceder con los humanos. De su culto viene el respeto de los antiguos egipcio a los gatos, los cuales momificaban al morir o para
enterrar acompañando a sus dueños. Como se puede percibir, fue una de las
deidades mas adoradas, con ella la felicidad estaba asociada a la vida familiar
y a su armonía.
Sati |
Finalmente, en este
aparte, hemos de referirnos a otra diosa relacionada con la felicidad, pero esta vez en la
tradición del hinduismo. La lista de
diosas y dioses hindús es muy extensa, quizás por ello exista una vinculada a
la felicidad, aunque con ciertas particularidad. Sati es la deidad relacionada, como la Bastet
egipcia, con “la felicidad marital”, sólo que en este caso hay un cambio
interesante. También es la diosa de la “longevidad”. Sus principales
seguidoras son las mujeres hinduistas que esperan mantener largamente su matrimonio.
En el pasado se estableció la tradición sati que consistía en atar a la esposa
a la pira funerario de su consorte para significar lealtad y devoción. En la historia de la divinidad Sati se le
conoce como la primera esposa de Shiva, a quien sedujo para sacarlo del
aislamiento místico. Si se lograba un
matrimonio armónico, lleno de felicidad era lógico que se quisiera preservar en
el tiempo, de allí la asociación entre ambas realidades: armonía matrimonial y
longevidad.
Estamos seguros que existen otras muchas otras deidades en las distintas tradiciones culturales y
religiosas que estén asociadas a la felicidad. Pero, ahondar en ese tema escapa
los fines de éste trabajo. Sin embargo, debo expresar que pese a buscar no
encontré el santo patrón de la felicidad
en el catolicismo. Es posible que se deba a nuestra ignorancia y a la premura con que se ha realizado esta
investigación. Nos encantará
identificarlo si existe o lograr la explicación de su inexistencia si no
lo hay (debo agregar una nota a este apartado: Hoy (nos referimos al 17.10,2016. en la charla sobre la felicidad en el Grupo Miradas Múltiples Carlos Eduardo Febres hizo una extensa y sólida intervención sobre el tema de la felicidad en el cristianismo y el catolicismo. Quedé gratamente impresionado. Espero que lo escriba para brindarlo a nuestros lectores. Es un compromiso).
Pero hay otra conexión entre lo divino y religioso
con la felicidad, que deseamos destacar.
El término filosófico que se identifica con la felicidad es “eudemonismo”, que en rigor significa
“posesión de un buen demonio”[5] El eudemonismo es una tendencia ética que
sostiene que “la felicidad es el sumo bien” Y si la felicidad y la prosperidad
se relaciona con demonios –así sean estos buenos- , no hay sino un paso a
buscarla en sus opuesto, las divinidades. De hecho, quienes en el campo de la
filosofía medieval clasificaron los tipos de felicidades una de ellas fue la
beatitud, que se refiere a la que se produce por la vida contemplativa. De tal
forma que las conexiones entre felicidad y religiosidad están presentes: ¿desde
siempre?.
De las tres divinidades analizadas, Némesis, Bastet y
Sati llama la atención que en el caso de las dos últimas deidades relacionan la
felicidad con la vida marital. Mientras la primera está vinculada con la justicia y su
distribución, conforme al comportamiento de los humanos ante los designios de
otras divinidades. En nuestro criterio ambas características muestran el
sentido social de los humanos, así como la importancia de lo cotidiano en la
felicidad y también que la misma forma parte de un mundo casi imposible de
controlar permanentemente por cada uno de nosotros. En definitiva, que la
felicidad además de sencilla es maravillosa y elusiva. Por ello el título del post, las diosas elusivas: la felicidad.
Notas
(Las imágenes de las diosas las hemos extradido de Wikipedia).
[1] Comte-Sponville, André (2001): La felicidad, desesperadamente. Barcelona, Paidós contextos, 102 pp.
[1] Comte-Sponville, André (2001): La felicidad, desesperadamente. Barcelona, Paidós contextos, 102 pp.
[2] Ver: Ferrater Mora, J. (2004): Diccionario de filosofía. Barcelona,
Ariel. Tomo IV (Q-Z), p. 3062.
[3] La mayor parte de la información
sobre las deidades que se analizan a partir de aquí se ha utilizado Wikipedia. Ver
en: https://es.wikipedia.org/wiki/Némesis; https://es.wikipedia.org/wiki/Bastet y https://es.wikipedia.org/wiki/Sat%C3%AD_(diosa)
[5] Ver eudemonismo y felicidad en Ferrater
Mora, J. (2004): Diccionario de filosofía. Barcelona, Ariel. Tomo II (E-J), pp. 1153 ss. y 1230 ss.
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