Una de las muchas plantas hermosas que vimos. |
Comenzamos un año que pocos dicen que será promisor (2019). En lo personal y en lo social. No es fácil vivir estos tiempos en Venezuela.
Hace algunos años, cuando llegué a la tercera edad, en un reflexión que me propuse hacer con la mayor sinceridad, logré identificar cuatro cosas que me gustaría hacer, hasta que el cuerpo y la mente aguanten: leer, escribir, tomar fotografías de cosas que llamen nuestra atención y viajar.
El peso de cada una de esas actividades varía según las posibilidades de nuestro presupuesto y la salud. Hasta ahora la salud bien. La situación país ha menguado y parece que seguirán disminuyendo las posibilidades financieras de casi todos los venezolanos, en particular de la clase media y de sus profesores universitarios.
Sin embargo, tratamos de seguir combinando las cuatro cosas que nos hacen feliz: leer, escribir, tomar fotos y viajar. Por ello, el año pasado decidimos, junto con familiares cercanos viajar con la finalidad de hacer El Camino de Santiago. Ya escribí un texto al respecto. Además, hablando con otros amigos han escrito también de nuestra experiencia. Sigo insistiéndole a quienes nos acompañaron que pongan en blanco y negro sus recuerdos. De verdad que lo disfrutamos. Por ejemplo, además de caminar 110 Kms, tomé más de dos mil, si como se lee, más de dos mil fotos.
Por supuesto, las fotografías no son nada, salvo una memoria digital, si no se ven, se muestran, se proyectan, nos hacen rememorar la razón y la situación para captar la imagen y los momentos agradables. Por ello, al llegar a Mérida le hablé del Camino a Alexander Bustamante, de la Rama Dorada. Además le prometí unas fotos de las muchas librerías que visité que me acordaron de su exitosa experiencia en nuestra ciudad.
Total que el próximo miércoles (16.01.2019), a las tres de la tarde, en medio de la celebración del octavo aniversario de la Rama Dorada, me han invitado a tener un conversatorio sobre mi experiencia en El Camino de Santiago. La Rama Dorada queda en la calle 19 entre las avenidas 3 y 4 de Mérida, en la ahora llamada Casa Celis.
Les aseguro que al menos van a poder ver una parte, por cierto muy pequeña, de las fotografías que tomé. Tendré mucho gusto en conversar, de lo humano y lo divino, con quienes nos acompañen. En particular sobre los cinco días caminando desde la ciudad de Lugo hasta llegar a Santiago de Compostela. Quienes estén interesados y están en Mérida, les espero. Acérquense. Estoy seguro que no les defraudaré.
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