Foto HRC (*) |
La
rabia no es enfermedad infecto-contagiosa, pero cunde entre nosotros. Verdad que
aturde, que duele tanto o más que otras, porque es dolor de muchos y temor de
todos. Porque las víctimas que genera tal dolencia nunca aliviarán su dolor, ni
tendrán consuelo para su desamparo; no habrá remedio para la soledad que a
muchos siempre ha de acompañar: la de los niños en orfandad eterna, el
desconsuelo de quienes no pudieron comenzar a construir hogar, y el temor de
aquellos que confiaban que el suyo era seguro; en fin, los sueños y el mañana
de muchos truncados para siempre. ¿A
qué viene todo esto?