Cuando se buscan en internet las palabras "Cold Point", aparecen
una infinidad de establecimientos comerciales dedicados a servicios
de los aires acondicionados, regados por la amplia geografía del mundo.
Quienes vivimos en ésta ciudad de Mérida -que ya no es de las nieves
eternas- pero que sigue teniendo muchos encantos, recordamos una
bebida gaseosa, como se le llamaba en ese entonces, y que hoy mostramos en la
ilustración, que acompaña al texto. Recuerdo que había Cold Point con sabor a
colita, a naranja, también a uva (ver el comentario de Juan Maggiolo). Debo indicar que nunca he logrado volver a
tomar otra bebida con ese sabor característico. Así como
nunca he vuelto a oler el aroma que tenía el viejo mercado
principal de Mérida. Dicen que los olores y sabores son los
recuerdos más ancestrales de las personas.
Hace unos días en Mucuchíes (capital del municipio Rangel del Edo. Mérida) entramos en un establecimiento de venta de
pizzas y nos llamó la atención la decoración. Todo con fotos de los
Beatles, muy minimalista el estilo y en un repisa las botellas de Cold
Point y de Pepsi. El joven que nos atendió nos comentó que el negocio era de su
hermana y nos permitió, amablemente, tomar fotos. Por supuesto, no desaprovechamos de
tomarle a las botellas del Cold Point.
Rafael Cartay, en su Mesa de la
Meseta (Mérida, 2015), nos refiere que desde
la última década del siglo XIX se vendían bebidas gaseosas en la ciudad de Mérida. Inicialmente, en
negocios que las traían de otras
localidades del país. Pero, es en 1921
cuando Juan Ramírez establece la primera fábrica de refrescos en la ciudad de Tovar. A esa primera siguen
las fábricas de Leopoldo Gelsin en Mérida en 1926; la de Antonio Ramírez en
Ejido en 1929; la de Gil A. Sansón en Ejido que ya estaba en funcionamiento en 1929;
la de Tomás Carnevali en Mérida en 1931; la de H.P. Lupi en Tovar en 1932; y la
de G. Guerrero G. e hijos en Mérida en
1938. Una década después llega la Coca Cola (1948) que establece una planta de refrescos en San
Cristóbal para abastecer a toda la zona andina y en 1951 Briceño y Maggiolo
fundan, en la esquina de calle 27 con la Avenida Bolívar, arriba del Liceo
Libertador, la fabrica de la Cold Point (datos complemenarios sobre la producción del refresco y otras precisiones las aporta Gerardo Briceño en su comentario).
Mis recuerdos de niño de esta fábrica
son gratos. Pasaba horas mirando, desde la calle la línea de embotellado,
que una a una llenaba los recipientes con el líquido de los distintos sabores, cerraba cada
botella con su tapita de metal y luego un operador las arreglaba en las
gaveras.
Con posterioridad el músculo económico multinacional de la Coca Cola y de
la Pepsi Cola terminó adquiriendo y sacando del mercado a las fabricas de
bebidas gaseosas artesanales de todo el país y de Mérida. Ese fue el fin de la Cold
Point.
Pero, los recuerdos del particular sabor dulce de la colita de la Cold
Point no lo hemos olvidado. Espero que el
texto de nuestros remembranzas permitan competir con los cientos de establecimientos que ahora se dedican producir y arreglar
aparatos de aire acondicionado y muestren que también existió una bebida
gaseosa que se producía en la ciudad de Mérida, en las décadas de los
años 50 y 60 del siglo XX, con el nombre
de Cold Point.
Recuerdo que cuando muchacho era limpiabotas uno de los dueños me permitía entrar al negocio para limpiar sus zapatos y aparte de pagarme el servicio me regalaba una o dos bebidas
ResponderEliminarBuenos días profesor, excelente historia. Me gustaría consultarle algo. Mi abrazo fraternal desde la tierra del sol amada. P.D. Soy miembro de la Academia de Historia del Zulia. dahlpahg@gmail.com
ResponderEliminarEscríbeme a ruizch2@gmail.com
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