La Venezuela de finales del siglo XIX era un país que vivía al margen de la dinámica
impulsada por la revolución industrial, nuestra capacidad productiva no
generaba algún insumo necesario para el engranaje económico de entonces. Nuestro
debut en el escenario de la economía mundial comienza con el petróleo. Aquel que
brotó en los campos de Mene Grande en 1914, permitió nuestra inserción en la
economía internacional, ya avanzado el siglo XX.