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Con la cantidad de problemas que vivimos los venezolanos es imposible estar tranquilos. Por término general las dificultades que vivimos como: hacer colas enormes para surtir gasolina; pagar cualquier cosa con dólares y que no nos quieran recibir el billete porque está “arrugado”; buscar una medicina que debemos tomar y que no se consigue; y bueno, tener que calarse los salarios que nos pagan y que no alcanzan para nada. Todo eso hace que uno ande anímicamente muy mal y ello termina afectando al cuerpo. Te duelen los brazos; tienes molestias en las rodillas; no aguantas la cintura; y pare Ud. de contar.