Por: Jesús Alfonso Osuna Ceballos
…Nos lo han impuesto asociado con legislación de resonancia que aturde acompañada de violencia con tinte legal…y en silencio lo hemos aceptado.
…Nos lo han impuesto asociado con legislación de resonancia que aturde acompañada de violencia con tinte legal…y en silencio lo hemos aceptado.
Silencio en las aulas y en los laboratorios de nuestras universidades, llenas de preguntas sin respuestas válidas, vacías en el saber, así las quieren, es así como las necesitan, sin guías, distantes de mentes sabias; tanto mal se ha ensañado sobre instituciones que debieran ser considerados recintos sagrados donde con perseverancia se abren espacios para el conocimiento y en las que con igual tenacidad se abren rendijas para el reclamo justo y la protesta necesaria.
Peor aún ha ocurrido con nuestros niños, huérfanos de toda protección y casi en permanente ayuno, cuando intentan sus primeros pasos asomándose a las letras y a los números para comenzar a explorar el fascinante mundo del libro y a la postre convertirse en seres que iniciarán otra búsqueda formulando nuevas interrogantes sobre todo lo que existe.