Nevada de julio de 2013 |
Humberto Ruiz
De las ciudades más antiguas de Venezuela son pocas
las que, como Mérida, pueden saber en detalle los hechos de su fundación, dice
uno de los historiadores que más ha
investigado los inicios de la ciudad y de sus antiguos pobladores[i].
Argumenta Roberto Picón-Parra, para sustentar la afirmación anterior, que existen un par de documentos fundamentales para saber qué ocurrió, durante los primeros años en Mérida, luego de su fundación, en octubre de 1558.
Argumenta Roberto Picón-Parra, para sustentar la afirmación anterior, que existen un par de documentos fundamentales para saber qué ocurrió, durante los primeros años en Mérida, luego de su fundación, en octubre de 1558.
Pero, nos preguntamos: ¿tienen estos
documentos información sobre el objeto de nuestro interés, es decir, quién trajo
los primeros libros a Mérida? Además: ¿aparecen en ellos datos sobre los
libros en Mérida, durante los tiempos iniciales? Podemos
conocer: ¿quiénes los trajeron, entre quienes integraron las huestes de Juan Rodríguez Suárez en 1558 y Juan Maldonado
Ordoñez unos meses después, en 1559? La tarea es harto difícil, a partir de los
datos que ofrece Picón-Parra. O incluso de los documentos que él refiere sobre la historia de los primeros años de la ciudad.
En nuestro trabajo, Ciudad de Libros, hemos abordado el problema antes señalado y argumentamos algunas
explicaciones al respecto, hasta que ocurran nuevas revelaciones. Por ahora solo aspiramos despertar la curiosidad de las nuevas generaciones de académicos, sobre el tema de los libros en Mérida.
Veamos. De la expedición de Juan Rodríguez Suárez
podemos destacar que sólo se proponía buscar minas de oro y por ello en los
registros no hay indicación de personas que fungieran como escribanos o
religiosos. Sin embargo, como todos
sabemos, Rodríguez Suárez que buscaba
riquezas minerales y el camino hacia la Sierra Nevada, fundó a Mérida y también repartió tierras, con lo cual se
acarreó la persecución por la Corona. Mientras que la expedición de Juan de
Maldonado vino a procesar a Rodríguez Suárez y también a consolidar lo realizado por el fundador de la ciudad.
Dos personajes hubo entre los integrantes de la
expedición de Maldonado que al menos sabían leer y escribir –no escasamente
firmar- y es posible que entre sus
pertenencias trajeran libros, ellos fueron: Juan González Garabito, el
escribano y Antón de Escámez, cura y
vicario.
Del primero nada se sabe de su permanencia en Mérida en los años
posteriores a la fundación de la ciudad. Debió regresa prontamente a Pamplona
de donde salió.
Del segundo se conoce
que se estableció en la ciudad y fue Vicario de la Iglesia Mayor y siguió en la ciudad, al menos
hasta 1581. Es decir, que vivió dos décadas aquí. Era un hombre
curtido en las labores de poblamiento y
cristianización por su experiencia en otras poblaciones del Reino de la Nueva Granada, antes de
llegar a Mérida. Y en esa condición, se entregó a las labores de
cristianización de la población autóctona y de apoyo espiritual de los
españoles. Toda esa actividad que requerían el apoyo de misales, libros de
oraciones y catecismos. Pero, no son sólo suposiciones, las que estamos formulando.
Antón de Escámez hizo su Probanza de Servicios a los pocos años de estar en Mérida. El documento, que los primeros colonizadores enviaban al monarca español, para informar de sus diversas actividades en favor de la Corona Española, estilaba también solicitar prebendas personales por la labor cumplida. En ese documento, escrito en Mérida entre 1566-67, Antón de Escámez dijo que compró para la iglesia de Mérida, pese a su pobreza: "ornamentos, cáliz, misal, manual, hierros para hostias, vino y harina para las mismas..." [ii].
Antón de Escámez fue, sin lugar a dudas, quien trajo a Mérida los primero libros Y, como la mayoría de los que circulaban en esos tiempos, fueron de carácter religioso.
Destaquemos para la historia de la ciudad el nombre de este personaje -Antón de Escámez- a quien se debe la presencia de los primeros libros en Mérida, luego de su fundación, en 1558.
Luego vendrían las órdenes
religiosas de los dominicos, los agustinos y los jesuitas quienes trajeron
libros religiosos y de otras temáticas, pero eso será muchos años después y es
otra historia.
Notas
[i] Ver: Picón-Parra, Roberto (1988): Fundadores, primeros moradores y familias
coloniales de Mérida (1558-1810). Caracas,
Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, Col. Fuentes para la
historia colonial de Venezuela, tomos I al IV.
[ii]. Picón-Parra, Roberto (1988): Fundadores, primeros moradores... Tomo II, p. 100. Las negrillas son nuestras (HRC).
(*) Quien esté interesado en el tema le recomiendo leer de nuestra autoría; CIUDAD DE LIBROS: HISTORIAS DE MÉRIDA, Mérida, Ediciones APULA, 238 pp. (Se consigue en las librerías de Mérida: La Rama Dorada; La Ballena Azul; y Temas).
[ii]. Picón-Parra, Roberto (1988): Fundadores, primeros moradores... Tomo II, p. 100. Las negrillas son nuestras (HRC).
(*) Quien esté interesado en el tema le recomiendo leer de nuestra autoría; CIUDAD DE LIBROS: HISTORIAS DE MÉRIDA, Mérida, Ediciones APULA, 238 pp. (Se consigue en las librerías de Mérida: La Rama Dorada; La Ballena Azul; y Temas).
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