lunes, 10 de marzo de 2014

Seis exigencias

Ha sido casi un mes de protestas en Mérida y el país. A la hora que escribo esta nota faltan poco menos de dos horas para que el sol despunte por la cordillera de Mérida e inunde con su luz la meseta donde se asienta la ciudad.

Toda la noche se han escuchado detonaciones. No logro identificar si son bombas lacrimógenas o morteros. Pero, las explosiones han persistido todo el día y la noche, con periodos de incremento o espaciadas en el tiempo. Aún se mantienen a ésta hora.   

La semana que comienza (10 al 14 de marzo) no parece presagiar tranquilidad a esta ciudad. Las barricadas que en los últimos días han eliminado la policía, con la GNB y los colectivos no han sido suficiente para dejar un paso fluido y normalizar las actividades en la meseta.

El reinicio de actividades administrativas parciales de la Universidad de Los Andes  así como las de educación primaria y secundaria, hacen pensar que el atasco vehicular  será mayúsculo. 


En algunas zonas de la ciudad sus habitantes se han negado rotundamente  a eliminar las barricas construidas en estos últimos días de protestas y el sentido de la necesaria defensa ante las amenazas de los colectivos pro-gubernamentales, justifica la decisión. 

La noticia conocida por las redes sociales en la tarde-noche de éste domingo -y ya recogida en la prensa nacional- sobre la muerte de una artesana de nacionalidad chilena herida el sábado en un confuso incidente por eliminar una barricada, no deja de preocuparnos. Seguramente será detonante para nuevas protestas y acusaciones entre gobierno y oposición.

Otro elemento muy grave que ya se siente en la ciudad es el desabastecimiento. La red de comercios que ha vivido lamentables aglomeraciones, con saldo de heridos afortunadamente leves y  en algunos supermercados se ha producido el  cierre de dichos establecimientos.

Las protestas y manifestaciones han seguido en la ciudad desde el 12 de febrero por casi un mes, sin mostrar síntomas de cansancio o disminución de sus participantes.

La situación que se ha vivido en el último mes requiere mucho más que Conferencias de Paz en Caracas o en las capitales de los Estado que, tal como las han organizado, son vistas como burdos show  publicitarios. Y además,  hace falta también que algunos funcionarios públicos entiendan que lo que se vive es muy grave y complejo. Ni Maduro, ni el Ministro del Interior, ni la Defensora del Pueblo ni la Fiscal General de la República parecen entender lo que esta pasando. Es más, sus atrabiliarias declaraciones públicas recientes, no hacen más que complicar el panorama.  El gobierno debe dar respuesta rápidamente y de forma creíble a las peticiones de los estudiantes que se recogen en la fotografía  que se incluye en este texto. No son sencillas, pero hay que responderlas de manera  que quienes los están apoyando reconozcan, un verdadero propósito de rectificación gubernamental.  No será sencillo y se ha perdido un tiempo precioso.  

Ojala y estemos equivocados y  la paz y la cordura regrese al país.


Sin embargo, creemos que, por el contrario, nos espera una semana complicada. Se siguen escuchando detonaciones…

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