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Eso es lo que gana, mensualmente, un profesor titular, luego de más de 20 años de actividad de docencia e investigación, en una universidad venezolana (revisando el texto ahora 18.06.2018, sólo se llega a poco menos de $ 4,5 al mes, la situación esta peor). Más o menos, el valor de una bomba logrimógena, de las que tanto han lanzado en estos días los funcionarios de los órganos de seguridad del Estado, para reprimir las protestas pacíficas de los estudiantes de éste país (ahora ya eso no es ejemplo, pero lo dejamos, como parte de nuestras argumentaciones pasadas) .
Los 193,36 dólares son un salario más alto del que perciben los policías y los guardias nacionales encargados de la represión (**). Pero, mucho menos del que reciben los jerarcas que los dirigen. Muy lejano ese monto de las riquezas que exhiben ministros, gobernadores, alcaldes y otros altos funcionarios del Estado chavista, luego de unos cuantos años de función pública revolucionaria, "en favor de los pobres de éste país".
En nuestro caso, a pesar de ser profesor jubilado en dos días estoy invitado a participar en un seminario, vía web, para celebrar los XXX años de una revista mexicana sobre historia de la ciencia y la tecnología en América Latina. La razón de ese honor es haber dedicado los últimos once años, en conjunto con una colega del IVIC a fundar y dirigir Bitácora-e una revista electrónica latinoamericana de estudios sociales, históricos y culturales de la ciencia y la tecnología.
Actividad grata que sólo ha dado visibilidad internacional a la a la universidad a la cual le he dedicado los últimos 40 años de mi vida como profesional. La labor de editor de Bitácora-e, no ha agregado un solo céntimo a mi salario, ni antes ni ahora. Como tampoco a los editores de las 64 revistas que se publican en el Repositorio Institucional Saber-ULA. Pero, me siento muy orgulloso de que casi 200 mil veces los artículos publicados hayan sido descargados de la red y que miles de latinoamericanos y venezolanos hayan leído lo que otros académicos han publicado allí y a los cuales se les paga un salario tan ¨escualido¨ como el mío.
Actividad grata que sólo ha dado visibilidad internacional a la a la universidad a la cual le he dedicado los últimos 40 años de mi vida como profesional. La labor de editor de Bitácora-e, no ha agregado un solo céntimo a mi salario, ni antes ni ahora. Como tampoco a los editores de las 64 revistas que se publican en el Repositorio Institucional Saber-ULA. Pero, me siento muy orgulloso de que casi 200 mil veces los artículos publicados hayan sido descargados de la red y que miles de latinoamericanos y venezolanos hayan leído lo que otros académicos han publicado allí y a los cuales se les paga un salario tan ¨escualido¨ como el mío.
Por todo lo anterior es que entiendo y comparto las palabras de la rectora de la UCV, Cecilia García Arocha, quien le expresó hace días al Presidente Maduro, que estudiara en la universidad, se graduara y luego diera clase allí, para que entendiera el mal trato que su gobierno y el de su antecesor le han dado a la universidad venezolana. Y se refería a las autónomas, pues de las que controla el gobierno, sólo sabemos que aún están peor tratadas. Y absolutamente amordazadas.
En fin, a esta hora de la madrugada (3:50 am), cuando escribo esto, escucho las detonaciones que nos acompañan cada noche a quienes vivimos en zonas de barricadas en esta ciudad estudiantil venezolana de Mérida. Y, debo decir que, mi problema no es con quienes me tienen encerrado en mi casa, sino con el gobierno que nos tiene privados de libertad y empobreciéndonos cada día más, luego de 14 años de gobierno "revolucionario".
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(*) Foto: pic.twitter.com/A6WgByugQG Gracias a nuestros jovenes valientes estudiantes y sus diversas formas de lucha. Son un ejemplos para todos. Son nuestro orgullo.
(**) Corrijo el monto. Un amigo, también profesor jubilado, me envió el dato exacto de FAPUV.
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