Presidente (E) de la
Academia de Mérida
El próximo 28 de
marzo tendrá lugar la celebración de los 500 años del nacimiento de uno de los
personajes más extraordinarios del mundo
de la espiritualidad así como, en el
mismo orden de importancia, una de las figuras más representativas de la
literatura castellana: Teresa Sánchez de Cepeda, comúnmente conocida como Santa
Teresa de Jesús o bien, como Teresa de Avila.
En la búsqueda
sobre la mejor forma de rendir adecuado tributo a Teresa de Ávila entramos en
conocimiento que la “Comisión Internacional de los Carmelitas Descalzos para
el Quinto Centenario del nacimiento de Teresa de Ávila” había realizado un
documental donde se narra la aventura de Teresa como escritora, registro audiovisual en el que se
refleja la pasión y esfuerzo de
la monja avileña por poner palabra a la mística, dicho documental lleva por
título: La Mística Hecha Palabra, Santa
Teresa de Jesús escritora y su propósito inicial era el de ser enviado como
regalo a todas las comunidades Carmelitas del mundo.
Un interesante guión elaborado por el P. Emilio J. Martínez, Vicario General y Presidente de la Comisión Internacional de los Carmelitas Descalzos para el Centenario, presenta a lo largo de 35 minutos, la figura impresionante de la Santa e invita al espectador a conocer por qué escribe Teresa, qué es lo que escribe y las dificultades que encontró al hacerlo; la calidad estética y el sugestivo contenido justifican a plenitud el que su proyección se haya colocado como parte destacada del homenaje.
Un interesante guión elaborado por el P. Emilio J. Martínez, Vicario General y Presidente de la Comisión Internacional de los Carmelitas Descalzos para el Centenario, presenta a lo largo de 35 minutos, la figura impresionante de la Santa e invita al espectador a conocer por qué escribe Teresa, qué es lo que escribe y las dificultades que encontró al hacerlo; la calidad estética y el sugestivo contenido justifican a plenitud el que su proyección se haya colocado como parte destacada del homenaje.
Teresa Sánchez
de Cepeda y Ahumada, que es su nombre de pila, nace en un tiempo donde los
grandes moralistas de la época sostenían que las mujeres no necesitaban
estudiar, por lo tanto no se espera de ellas conocimientos sino virtud y, en
consecuencia, ocuparse de las labores de su casa, o como única alternativa, su
ingreso a un convento.
Joël Saugnieux, profesor
de literatura española en la Universidad
de Lyon, Francia, al analizar el
contexto histórico y cultural de la
época en que le tocó vivir, afirma que Teresa de Ávila: “cuenta con una
triple limitación cultural, porque sobre ella se cierne un triple lastre social.
El primer rasgo es precisamente que se trata de una mujer, en una época donde
la cultura dominante está enteramente en manos de varones. El segundo
inconveniente es que nace en una familia de origen judío, cuando se iba
imponiendo el estatuto de limpieza de sangre que sólo dará cabida en la
sociedad a los cristianos viejos. Por último, que proviene de lo que
llamaríamos la burguesía provinciana, en una época en la que los honores se
reservan todavía a las personas de origen noble”[2].
María José Pérez,
del Monasterio de Carmelitas Descalzas de Puzol- Valencia, agrega un cuarto
lastre en su artículo El Rostro de
teresa de Jesús como escritora en el libro de la vida: “Teresa es mística,
y se va a ver implicada en la polémica que enfrentaba a los teólogos (letrados)
con los «espirituales», a los que a menudo se les acusó de alumbradismo, por lo
que muchos de ellos terminaron condenados por el Santo Oficio”[3].
Viene al caso
recordar acontecimientos que afectaron intensamente a Teresa de Ávila, tales como
la prohibición en 1569 por la Inquisición, de los libros de espiritualidad en
lengua vulgar, entre ellos la Biblia, por lo que Teresa se ve privada de la
lectura de obras que habían sido para ella fuente de conocimiento y le habían
permitido adquirir un nivel cultural excepcional para una mujer del siglo XVI.
Los reveladores procesos inquisitoriales
a Fray Luis de León, que lo llevaron en dos ocasiones a la cárcel, o el
del arzobispo de Toledo fray Bartolomé Carranza, fueron de su conocimiento,
razones por las que, el temor a las
quejas que llegaban a la Inquisición sobre sus escritos están probablemente entre
los motivos de que Teresa insistiera constantemente en afirmar que escribía
porque así se lo solicitaban sus confesores.
En su libro Camino de Perfección, en palabras que por causa de los borrones que
impedían su lectura sólo han sido posible descifrar recientemente, refiriéndose
a los inquisidores, nos dice con humor
críptico muy propio de sus escritos: “…como
son hijos de Adán y, en fin, todos varones, no hay virtud de mujer que no
tengan por sospechosa”[4]. Sus temores eran justificados, pues entre
otros acaecimientos, su obra más famosa, El
Libro de la Vida, estuvo en manos de la inquisición hasta cuatro años
después de su muerte, y sólo fue publicado por la intervención de la hermana
del Rey Felipe II, viuda del Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico,
Maximiliano II, a quien había llegado y lo había leído en una de las muchísimas
copias que circulaban de manera no autorizada.
La valentía con
que Teresa de Ávila enfrentó las adversidades
la colocan como una mujer con enorme capacidad para adelantarse a su tiempo;
parte de sus preocupaciones y conflictos siguen siendo los de muchos hombres y mujeres
del siglo XXI, incluso en el mundo occidental. Ella constituye hoy día uno de
los símbolos emblemáticos del catolicismo, y figura al mismo tiempo entre los
más altos valores de las letras universales. Acudo al auxilio de Fray Luis de
León, quien me permite concluir estas breves palabras con una maravillosa
síntesis de la obra de Santa Teresa de Jesús: “Porque en la alteza de las cosas que trata,
y en la delicadeza y claridad con que las trata, excede a muchos ingenios, y en
la forma del decir y en la pureza y facilidad del estilo, y en la gracia y
buena compostura de las palabras, y en una elegancia desafeitada que deleita en
extremo, dudo yo que haya en nuestra lengua escritura que con ella se iguale.”[5]
Notas
[1] Palabras de apertura en el homenaje de la Academia de Mérida a Teresa de Ávila,
el miércoles 11 de marzo de 2015.
[2] SAUGNIEUX, JOËL, “Thérèse d’Avila et la culture écrite”, en Histoire d’un desir:Thérese d’Avila.
Revue d’éthique et de théologie morale nº 146, Paris, Editions du Cerf, 1983, 313-314
[3] Revista Electrónica de Estudios Filológicos, Nº XX, Diciembre,
2010,
http://www.um.es/tonosdigital/znum20/secciones/estudios-14-teresaj_escritoralv.htm,sn
[4] Ibid., sn
[5] LUIS DE LEÓN, “Carta-Dedicatoria a las Madres Prioras: Ana de Jesús
y Religiosas Carmelitas Descalzas del Monasterio de Madrid”, en Obras Completas
castellanas, Madrid, BAC, 1944, p. 1352.
(*) Ilustración tomada del link:
(*) Ilustración tomada del link:
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