domingo, 21 de agosto de 2016

Un venezolano en el Imperio Otomano

Revisando la biblioteca personal me encontré con un libro: Nogales Méndez, visto por propios y extraños, Caracas, Fundación General de Nogales Méndez, 2003,  442 pp.  Lo he estado leyendo y  quiero compartir algunas reflexiones sobre el personaje y su vida[1].

El imperio Otomano existió desde el siglo XIII. Se comenzó a perfilar en su mayor amplitud en la segunda mitad del siglo XV, bajo el reinado de Mehmed II (1451-1481), cuando desapareció el Imperio Bizantino.  En su mayor esplendor, en los siglos XVII al XIX, el imperio Otomano cubría extensiones en tres continentes: Asia, África y Europa. En los primeros años del siglo XX,  y posteriormente durante la Primera Guerra Mundial, el Imperio Otomano fue aliado de Alemania.  


Hay gente actual y del pasado de la tierra venezolana que no dejan de asombrarme.  Rafael Nogales Méndez, fue un tachirense de fines del siglo XIX que, como un siglo antes Francisco de Miranda, recorrió el mundo y participó en guerras  desde los 17 años de edad. Comenzó en la guerra entre los EEUU y España en Cuba, donde fue herido. El culmen de esa actuación fue  en Gaza en 1917, tanto en la primera como la segunda de las batallas que allí  libró el Imperio Otomano frente a los ingleses.  

Tal como nos indica  una de sus biógrafos, Ana Mercedes Pérez, fue “héroe de la Primera Guerra Mundial, ascendió a general de División en Turquía , donde al mando de 12.000 solados turcos había vencido a 35.000 armenios, tomándose  a Van , la capital, en pocas horas.”[2]  Desde enero de 1915 hasta octubre de 1918 fue oficial del ejército turco con el nombre de Nogales Bey.[3]


Pero además, estuvo en China, Alaska, Nevada, México, Nicaragua, Rusia, también en el cercano y mediano oriente.  Fue un hombre que participó en las principales zonas de guerra  que existieron en el primer cuarto del pasado siglo XX.

Las dictaduras de Cipriano Castro (1899-1908)  y posteriormente la extensa de Juan Vicente Gómez (1909-1935), le persiguieron, convirtiéndolo en un trásfuga muy particular. Pues eso de llegar a ser  alto oficial del ejercito del Imperio Otomano  no es fácil,  ni común. 

Pero hay otra faceta más de este venezolano singular.  Fue escritor y además su trabajo lo publicó en Alemán e Inglés, idiomas que manejaba  con propiedad.  Desde los siete años de edad fue enviado a estudiar por su familia a excelentes instituciones europeas. Su padre fue un hombre de recursos económicos pues fue socio del ferrocarril del Táchira, entre otros muchos negocios[4].

A partir de 1920, Rafael de Nogales Méndez, detuvo sus correrías bélicas y escribió sus experiencias militares mas significativas en libros. También se dedicó a dar conferencias sobre  su vida  azarosa  y aventurera.  Así, parte de su interesante existencia la recogió en Cuatro años bajo la Media Luna (1925). Comentan que ocho versiones del libro fueron destruidas y la última, la novena,  estuvo a punto de desaparecer  en medio de un grave accidente naval[5]. Las referencias  que contiene Cuatro años bajo la Media Luna de los crímenes cometidos, por el ejercito turco, sobre las poblaciones armenias, son uno de los mas importantes testimonios de escritores occidentales  sobre el llamado genocidio armenio. Y fue la razón de su retiro del ejercito turco.  

Durante su estadía  en Nicaragua estableció vínculos con César Augusto Sandino y posteriormente escribió: El saqueo de Nicaragua (1928),  La primera edición se publicó en Nueva York, con resultados lamentables. Esta primera edición fue secuestrada por el gobierno norteamericano y multada la editorial, por el efecto que tuvo por la información que tenía el libro sobre la expoliante relación  imperial de los EEUU con Nicaragua (Bardini indica que la editorial Robert McBride & Co debió pagar una multa de 250.000 dólares). La edición que buscaba atender un público amplio, vio la luz en Inglaterra, pero igualmente fue adquirida por manos extrañas y sacada de circulación.

Más de medio siglos después de la publicación de El Saqueo de Nicaragua, esta vez por la editorial Centauro de Caracas en 1981, Arturo Sosa (SJ) escribió: “Para las jóvenes generaciones venezolanas resulta una grata sorpresa encontrarse con `viejos´ venezolanos vinculados a los procesos de liberación de los pueblos hermanos.”[6] 

Bardini refiere sobre el resto de la obra escrita de Nogales Méndez que: Entre Estados Unidos e Inglaterra, Nogales publica Memorias de un soldado de fortuna (1932) y Sombrero de copa y espuelas (1934).”. Además, destaca su sentido panamericanista, que él mismo recoge en Cuatro Años bajo la media luna: “Esta modesta obra, escrita con la tosca pluma de un soldado, la dedico respetuosamente a la memoria de mis compatriotas latinoamericanos, desde México hasta la Argentina, que durante la Guerra Magna supieron combatir y morir con gloria para mantener en alto la tradición guerrera de nuestra raza”[7].

Al morir en diciembre de 1935 el dictador venezolano Juan Vicente Gómez, Nogales Méndez regresó a Venezuela, pero no logró ser reconocido por los venezolanos de la época ni por la dirigencia que abrió los causes al atrasado siglo XX venezolano.  Pese a su reconocimiento de los gobiernos y ejércitos inglés, francés, alemán y por supuesto turco, en Venezuela  el gobierno de su coterráneo, Eleazar López Contreras, sólo le ofreció un oscuro cargo de administrador de la aduana de Las Piedras, en la península de Paraguaná, en el Estado Falcón. Tuvo que aceptar el cargo pues  la vida de soldado trashumante  le había dejado en la más absoluta pobreza.  Poco después le encargaron estudiar   las gendarmerías en Panamá y otros países. Estando allí se enferma y finalmente muere el 10 de julio de 1937.

Fue embalsamado y enviado al Ministerio de Relaciones Exteriores en Caracas. Llega al puerto de la Guaira  en medio de las celebraciones por el día de nacimiento de Simón Bolívar el 24 de julio . Nadie reclama su cuerpo  y solo por la acción de unos periodistas  se rescata de la aduana y es sepultado el 02 de agosto de 1937 en medio de la más absoluta de las indiferencia por parte del gobierno y de la élite política del país, aseguran algunos.[8]

No obstante lo anterior, años después se da una explicación a esta situación y Mirela Quero de Trinca expresa  que Rafael Nogales Méndez no tenía familiares en Venezuela. Su único amigo era el capitán Jesús Ramón Blanco Vargas. Asegura Quero de Trinca que fue el gobierno de López Contreras el que debido al revuelo originado en la prensa, “tomó acciones directas en relación al cadáver de Nogales, mandó una delegación de sus ministros e invitó al sepelio en nombre del Gobierno Nacional”[9]. Por 38 años permaneció en el panteón de la familia Blanco en el Cementerio General del Sur.  En 1975 fue exhumado y vuelto a enterrar con honores en el panteón del Instituto de Oficiales Retirados  de las Fuerzas Armadas Nacionales.

Sea una u otra la realidad de la triste situación después de su muerte,  Rafael de Nogales Méndez, fue un venezolano errante, que por responsabilidad de la vida política de los primeros años del siglo XX vivió el exilio y la persecución política. Al regresar a su país era un perfecto extraño, bien por desconocimiento de sus conciudadanos  o por recelo de la dirigencia política y social, o por ambas causas.  Vivió la mayor parte de sus 58 años de vida  fuera de Venezuela. Pero pensó y soñó con un país democrático y de progreso, vinculado con el resto de los países latinoamericanos. 

Por todo lo anterior pienso en el millón y medio de venezolanos que han emigrado en los últimos años y que es posible que no regresen nunca al país o pierdan sus vínculos afectivos y familiares.  A ellos van dedicadas las anteriores líneas: para que no olviden sus ancestros y su país.       

Notas:




[1] Las fotos: la primera tomada del libro que estamos comentando y obra del dibujante Luis Moros.  La otra fue tomada de:
[2] En: Nogales Méndez visto por propios y extraños, p. 90.
[3] La biografía más detallada  y reciente sobre Nogales Méndez que se puede consultar en internet es de Roberto Bardini: RAFAEL DE NOGALES: SOLDADO, CABALLERO ANDANTE Y ARISTÓCRATA SOCIALISTA. Ver en: https://bambupress.wordpress.com/2011/04/30/rafael-de-nogales-soldado-caballero-andante-y-aristocrata-socialista/ (consultado el 21.08.2016).
[4] Las riquezas del padre de Nogales Méndez eran variadas e importantes: “minas de Cobre de Seboruco, cultivos de café en El Abejal y es a su vez uno de los grandes accionistas del Gran Ferrocarril del Táchira”, según Wikipedia.
[5] Ver: Nogales Méndez visto por propios y extraños,  p. 113.
[6] Idem, p. 120.
[7] Sobre la obra literaria de Rafael Nogales Méndez sugiero leer el trabajo: Rojo, Violeta (2002): MEMORIAS DE UN AVENTURERO VENEZOLANO: RAFAEL DE NOGALES MÉNDEZ. Contexto, Segunda etapa - Volumen 6 - No. 8 - Año 2002, pp. 65-80.  Ver en: http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/18898/1/violeta_rojo.pdf
[8] Ver: Nogales Méndez visto por propios y extraños, p. 100.
[9] Idem, p. 333.

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