Por Luz Pargas L.
A propósito, por una parte, de la coincidencia de dos eventos (*) ocurridos este enero 2019 y en dos escenarios de América Latina: 8ª Congreso Futuro 2019, en Santiago de Chile y La Inteligencia Artificial. Su impacto en la sociedad, en Venezuela (Mérida).
Y, por otro lado, apreciando la invitación que el Grupo de discusión permanente Miradas Múltiples le hiciera al profesor José Aguilar para poner en debate el tema. Consideramos oportuno enlazar algunas notas que creímos relevantes de ambas conferencias.
Puntualizando en torno al devenir ¿cuáles serían las amenazas a enfrentar para todas las generaciones vivientes?
1. Nada más y nada menos que la supervivencia de la raza humana y los efectos del cambio climático. Al parecer somos la última generación.
2. El envejecimiento de la especie humana y el riesgo de la extinción de las otras especies.
Estamos a las puertas de la sexta extinción masiva de los vertebrados, y la desaparición de un gran número de especies y plantas que están alterando las funciones biológicas de los ecosistemas. La mitad de los seres que vivieron en la Tierra han desaparecido (fenómeno que se conoce como defaunación del antropoceno) (Proceedings of the National Academy of Sciences 2019). Desde el año 1500 se calcula que han desaparecido 322 especies de vertebrados.
Estamos a las puertas de la sexta extinción masiva de los vertebrados, y la desaparición de un gran número de especies y plantas que están alterando las funciones biológicas de los ecosistemas. La mitad de los seres que vivieron en la Tierra han desaparecido (fenómeno que se conoce como defaunación del antropoceno) (Proceedings of the National Academy of Sciences 2019). Desde el año 1500 se calcula que han desaparecido 322 especies de vertebrados.
Alrededor del 2100, científicos del Instituto del Instituto Tecnológico de Masachussets, han hecho un cálculo matemático que predice esta extinción basado en las emisiones de carbono actuales. Pero lo interesante de estos resultados y observaciones es que ya la Tierra ha pasado unas cinco veces por este fenómeno, sin embargo en esta fase de extinción masiva será la única vez que la humanidad sea testigo de ello (310.000 millones de toneladas de CO2) (MIT 2017).
3. La contingencia no nos permite ver el presente y mucho menos el futuro, por tanto no nos estamos preparando
4. La desigualdad, problema no superado y la Inteligencia Artificial (IA) como el principal motor de la innovación. Es decir, no hay correspondencia directa entre el esfuerzo societal civilizatorio (de hacer ciencia) y el beneficio a los componentes de esta sociedad.
6. Se afirma que es factible que estemos en condiciones de transformar nuestra conciencia, y con la altísima capacidad de acumular datos es posible pensar en la posibilidad tecnológica de una red cerebral. Estaríamos hablando de una nueva geopolítica del futuro, de grandes plataformas tecnológicas pues el ser humano es en esta realidad un algoritmo absoluto al estar a merced de una nano-robótica así como de sistemas emergentes y de auto-organización.
Uno de los campos de investigación actuales, estima que para el 2045 ya se ha de estar en la posibilidad de traspasar gran parte de nuestra conciencia y nuestras emociones a una máquina. Incluso ya desde el 2035 la próxima función de internet podrá producir no solamente bytes, sino transmitirá nuestros pensamientos (Aguilar 2019).
7. Vivimos en tiempo de disrupciones masivas. Hay seres y cosas que están desapareciendo y es posible que llegue el momento en que el ser humano sea desplazado.
Paradójicamente hay una especie de analfabetismo. En ese sentido es el humanismo el que está cuestionado y por eso la importancia de la filosofía (Girardi 2019) y de los saberes de todas fuentes, aun cuando la inteligencia sea el principal motor de la innovación sumado a la habilidad de adaptarse al cambio.
Paradójicamente hay una especie de analfabetismo. En ese sentido es el humanismo el que está cuestionado y por eso la importancia de la filosofía (Girardi 2019) y de los saberes de todas fuentes, aun cuando la inteligencia sea el principal motor de la innovación sumado a la habilidad de adaptarse al cambio.
8. Sobre las reflexiones coincidentes en ambas conferencias, sin ser idénticas tienen que ver con que la ciencia, y por su parte la IA, sólo pueden surgir de la colaboración, de la solidaridad, del trabajo colectivo.
Tal como las colonias de las hormigas o las colonias de las abejas, el cerebro humano tiene una especie de memoria esparcida que posibilita la creación a partir de un trabajo transdisciplinar (Aguilar 2019). Similar planteamiento encontramos en el congreso Futuro 2019 de Chile:
"Definir qué es y qué debe ser la ciencia del futuro sólo puede surgir de la colaboración, del hecho de romper los bloques ideológicos e incluso ir más allá de la política. Tenemos que generar un pensamiento nuevo desde todas partes, incluso desde los saberes ciudadanos. Usarla para tener más humanidad y mejorar la convivencia" (Girardi 2019).
La otra reflexión es que hay una parte de la ciencia que es azarosa, que no tiene objetivo, que se hace por curiosidad y que muchos de los avances científicos no eran precisamente rastreados por los científicos que finalmente los hallaron. Por tanto, la ciencia básica requiere de muchos recursos para enfrentar los desafíos del presente y del futuro, y los países y gobiernos tienen que invertir en ciencia.
No ha habido un momento en la historia de la humanidad en que se necesite más del pensamiento, del conocimiento, de más filosofía para detenerse y reflexionar sobre cómo vivir mejor, porque estamos viviendo un momento decisivo en relación a la preservación de nuestro planeta y de las especies. Entonces es la democracia lo que está en juego y es la política la que va a tener la importancia requerida, pues dado el avance de la tecnología, el ser humano ha roto ya fronteras al punto de que ha superado a la biología, al modificar su hardward. Si las principales empresas (Google o Silicon Valley) tienen como super-proyecto modificar nuestro cerebro en función de la inmortalidad y la prolongación de la vida, ya será posible la existencia de empresas que funjan como una religión que se plantee reemplazar a Dios (Girardi 2019).
En relación a este avance tecnológico señalado en ambas conferencias y las posibilidades tecnológicas, en torno a IA se hizo un señalamiento considerable sobre los efectos de las redes neuronales artificiales (profundas y limitadas) y su impacto en los seres humanos. En este momento el cerebro está sufriendo una mutación a partir del uso de las nuevas tecnologías (TICAs) verbi-gracia, está modificando las capacidades de los individuos ocasionando efectos positivos o negativos en algunas regiones del cerebro, en especial en los niños con sus juegos digitales o táctiles, e incluso influyendo en la estatura corporal (en esta plataforma digital) (Aguilar 2019).
Otro señalamiento importante en el Congreso Futuro 2019 tiene que ver con que el riesgo más grande de esta plataforma tecnológica, y es que el ser humano hoy día tiene las mayores incertidumbres, o su legítima inseguridad en torno al hecho de que nos podamos convertir (con la robótica) en seres inútiles en la economía. En ese sentido, y dado los avances del proyecto de Silicon Valley, ya podemos pensar en un futuro estado de vasallaje de los seres humanos, o nuestra conversión en seres disminuidos, simplificados (Girardi 2019). Y ya podemos avisorar el panorama de los trabajadores intelectuales. Si la IA es el principal motor de la economía y la sociedad del siglo XXI (porque la innovación está centrada en la inteligencia artificial), y se dice que la IA mejora cada año 100 veces a los trabajadores de la educación, tendremos al mismo tiempo trabajadores mal pagados, subvalorados. ¿Cómo vamos a enfrentar esto? (Giradi 2019).
Dos principales conclusiones:
Las dos primeras provienen de una paradoja
a) Nosotros y la humanidad (estamos, HRC) en el momento de mayor incertidumbre
b) Nosotros con la incertidumbre y con las máquinas que conocen todo acerca de nosotros.
Aquellos, los que están pensando el futuro, no son los Estados, son Google, Facebook, Silicon Valley.
No podemos dejar las decisiones del futuro a un monopolio exclusivo de estas plataformas tecnológicas. Tenemos que construir un espacio alternativo de pensamiento, de construcción y de diseño del futuro (Girardi 2019).
c) Hay un monopolio de la cuestión de los datos (Aguilar; Girardi 2019). Este debe ser el principal problema de la democracia (Girardi 2019).
Podemos creer entonces (desde nuestra comunidad de pensamiento presente) finalmente, que estamos en presencia de una posibilidad tecnológica de disolución del otro (disolución virtual que es por cierto también real), ante eso que se ha llamado transhumanismo, es decir, de la factibilidad de seres-máquinas que nos puedan superar a nosotros. ¿Estará entonces la sociedad y su inteligencia enfrentada a una decisión política?
Notas: (*)
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(**) Mucho del conocimiento científico sobre la inteligencia artificial se ha producido `por la investigación sobre las sociedades de animales como las hormigas. Estas que se muestran en la foto estuvieron más de hora y media para introducir a la avispa muerta en su guarida y lo lograron luego de múltiples intentos (HRC).
Referencias bibliográficas
Aguilar, José. La inteligencia artificial. Su impacto en la sociedad. 2019. Conferencia. Grupo de discusión permanente Miradas Múltiples. Sala Académica del Centro de Investigaciones Humanic y del Doctorado en Ciencias Humanas, ULA. Mérida, Venezuela. Disponible en línea: https://www.gmiradasmultiples.bolgspot.com
Girardi, Guido. 2019. 8º Congreso Futuro 2019. Conferencia. Comisión para la ciencia del futuro. Santiago de Chile. Disponible en línea: https//.www.congresodelfuturo.cl
MIC (Instituto Tecnológico de Masachussetts) 2017. La Tierra está a las puertas de la sexta extinción masiva de vertebrados. National Geographic. Disponible en línea: https://www.nationalgeographic.com.es
National Academy of Sciences. 2018. El ser humano. La especie más destructiva del planeta. Revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
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