Foto Ramón Pico |
Humberto Ruiz
Las elecciones legislativas del pasado 26 de septiembre de 2010 dejan unas cuantas lecciones que deseo compartir con Ustedes. Hay que resaltar la alta participación de electores quienes sufragaron en una jornada casi totalmente pacífica –a pesar de la campaña insistente del gobierno y sus adláteres- de preparar acciones violentas para desconocer los resultados por parte de la MUD. El pueblo venezolano demostró ser mayoritariamente democrático y pacífico. Primera lección.
La existencia de dificultades, azarosas o sospechosamente casuales y el hecho de que muchas máquinas fallaran, extendieron las votaciones y hubo mesas abiertas hasta pasadas las 10 de la noche. Los votantes merecen un trato respetuoso sin ninguna de estas dificultades. Es injustificable las ocho horas de retrazo con que fueron dados los resultados, que además se hicieron público de manera incompleta. Es decir, sin indicar el número total de sufragios. La larga jornada que se inició con el cierre de las mesas electorales hasta la entrega de los resultados, deja muy mal parado al CNE. En un país donde la vida política se haga con seriedad la renuncia de la Presidenta del CNE se hubiera producido. Segunda lección.
A pesar de la declaratoria gubernamental de su victoria, por el número de diputados alcanzados, fue sintomático que el Presidente no se dirigiera a sus copartidarios, desde el Balcón del Pueblo, como es su costumbre. Y la comparecencia frente a los periodistas internacionales al día siguiente, en cadena nacional, le resultó catastrófica. Andreína Flores, periodista de Radio Francia Internacional y RCN de Colombia, le formuló la pregunta que todo el mundo se hacía: ¿Comó explica que la diferencia en votos entre el PSUV y la MUD fuera de sólo 100 mil y la de diputados entre ambas agrupaciones fuera de 35? La pregunta fue desestabilizadora como la llamó el propio Presidente. Pero, no para desestabilizar al régimen político ni a las instituciones. La pregunta ciertamente desestabilizó al Presidente. Hay una evidente derrota del gobierno, la tercera lección.
Algunos analistas indican que de preservarse el concepto de representación proporcional, contemplado en la Constitución, la relación hubiera sido 83-84 diputado para la MUD, 77-78 para el PSUV y 3 ó 4 para el PPT. Todo esto se sabía que podía ocurrir y ocurrió. Es indudable que la imagen nacional e internacional del gobierno chavista se ha deteriorado mucho más, con esta verdad incontratable: los resultados exhibidos por el CNE. Se debe modificar el absurdo sistema electoral, cuarta lección.
La ansiada paz política y el anhelado progreso económico y social que aspiran los venezolanos, no parecen verse en el horizonte inmediato del país. Voceros del oficialismo han indicado que seguirán con la estrategia de acelerar la imposición del modelo que más de la mitad de los venezolanos rechaza. Enfrentar esto no será sencillo. Pero, se deberá encontrar un camino de unidad para todos los venezolano, la más importante de las lecciones del 26/S.
Publicado previamente en, Diario de Los Andes, jueves 7 de octubre de 2010, p.7.
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