La mascota es una de los recuerdos que la autora dejará en Venezuela (HRC) |
Para nadie es un secreto la situación que vivimos en Venezuela estos días.
Sin embargo, muy alejado del panorama externo, de todos aquellos amigos que viven en otros países, que manifiestan su empatía y apoyo a Venezuela y su gente, esos amigos que quieren otro país o un milagro diría yo, alentándonos, diciendo que el cambio en Venezuela está cerca, no terminan de entender la dimensión total de lo que nos ocurre.
Existe otro panorama interno que está latente cada día en nuestras calles, ese panorama que viene de las cabezas de los venezolanos, de quienes nos está tocando vivir este duro momento en nuestra noble tierra, esos amigos del exterior no están al tanto de nuestra desesperanza, que nos afecta el alma.
Al
caminar por las calles lo único que se escucha es: ”aquí se dio lo que se
daba”,”esto se lo llevo quien lo trajo”, “la juventud debe aprovechar y
terminarse de ir, aquí no hay vida”. Pues si es cierto o no, no me atrevo a sostenerlo. Pero de lo
que si estoy segura es que se acerca quizá el mayor éxodo de venezolanos en la
época moderna, de implementarse la llamada Asamblea Nacional Constituyente. Yo,
como miles de jóvenes venezolanos, estoy en preparativos de emigrar pero es
mucho más que eso. El éxodo por el que
mucho venezolanos nos hemos visto forzados a pasar, no es solamente físico, es
psicológico y me atrevería decir que es del alma. Pues es ahí donde se siente
el dolor, al dejar a nuestra familia en medio de tanto caos, nuestro hogar y
nuestros amigos (los que quedan).
Pero
como todas las cosas de la vida, esta transición que vivimos tiene su parte
positiva. Sería muy pesimista de mi parte decir que todo esto que vivimos es
exclusivamente malo. Si algo me alienta
de la emigración de venezolanos es que cuando toda la pesadilla que vivimos
ahorita acabe, vendrán miles de
venezolanos sin la viveza tramposa que ahora caracteriza a mas de uno de
nosotros. Vendrán venezolanos con hábitos responsables de trabajo, de
comportamiento ciudadano que respeten la ley, pues han estado viviendo en
países donde todo esto deben cumplirlo y sin duda eso será positivo. Es como si
Venezuela nos mandara fuera para enseñarnos a ser ciudadanos del mundo para
luego volver y reconstruirla con valores
y trabajo limpio que sin duda es lo que necesitamos.
Como
dice mi abuelo HRC: ”estamos en un punto, un punto solamente de toda la
historia y esto pasará”. Así lo creo y estoy segura de que reconstruiremos
nuestra hermosa Venezuela de nuevo, no sin antes aprender a respetarnos unos a
otros, como ciudadanos que habitamos un mismo espacio, a responsabilizarnos de
nuestro medio ambiente, a comprometernos con el progreso de todos los
venezolanos, y en fin, aprender a ser ciudadanos
de bien.
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