Foto cortesía de AC |
Mérida de Venezuela es una ciudad asentada en una meseta frente a las montañas más altas de la Sierra Nevada.
Desde casi cualquier lugar de la ciudad se ven los picos de la Concha, el Bolívar, el Humboldt, el Bonpland y otros más.
En el pasado estaban cubiertos de nieves y se observaban algunos glaciales como el de Timoncitos. Actualmente hay muy poco hielo o nieve, en estas montañas.
La ciudad tiene dos entradas principales. Una al sur que la comunica con las tierras bajas. Es decir, entre otras las poblaciones de Ejido, San Juan, Lagunillas, Tovar y la zona del sur del lago de Maracaibo con su principal población, El Vigía. La otra entrada principal es la que está al norte y une a la ciudad con la zona paramera y los vecinos Estado de Trujillo y Barinas. Esta última entrada comienza en la llamada Vuelta de Lola, en donde en el pasado hubo un comercio de pastelitos muy famoso. Allí hay un bifurcación hacia el llamado Valle y hacia el páramo.
Hace algún tiempo se construyó una redoma y se colocaron unas estatuas alegóricas a las Cinco Águilas Blancas que es el relato más conocidos de uno de los merideños más ilustres: Tulio Febres Cordero. Esta entrada a la ciudad de la parte norte es reducida no sólo por la bifurcación hacia El Valle, sino por la existencia de un conjunto de oficinas públicas de seguridad: policía nacional, policia de transito, retén femenino y de quienes incurren infracciones de tránsito. Es decir, instituciones del Estado están presentes y en gran cantidad en la zona.
Durante varios meses un pequeño agujero se fue ampliando poco a poco en la calzada de circulación aledaña a la redoma de las Cinco Águilas Blancas. Al principio los choferes de vehículos oficiales, privados y del transporte público, entraban en el agujero poco a poco hasta que fue necesario esquivarlo. Con esa acción comenzaron los accidentes entre vehículos, motorizados, ciclistas y peatones. Incontables accidentes ocurrieron, a lo largo de los varios meses en que el hueco creció, ante la mirada impasible de transeúntes y vecinos. En particular la mirada o el disimulo de quienes trabajan en las muchas oficinas públicas que están alrededor.
El pasado lunes 07.08.2017, un usuario de la zona, que debe pasar por allí varias veces al día, como muchos otros, decidió dar por concluida esa dejadez ciudadana. Buscó tres obreros, cinco pacas de cemento, algo de arena, usó agua de la fuente de las Cinco Águilas Blancas, colocó unos conos y en menos de una hora taparon el hueco de la entrada de Mérida.
Enterado de esta buena acción ciudadana quise compartirla con nuestros lectores. Los que viven en esta ciudad y los que nos ven desde muchos rincones del planeta. Puede ser que para muchos esto sea intrascendente. Sin embargo, quiero destacar, la total indiferencia que mostramos, y me incluyo, los usuarios y los vecinos del sector. La total despreocupación de las autoridades que se deben encargar de la ciudad y de sus condiciones. Y en fin, la circunstancia que por mucho tiempo nos desentendimos que los visitantes de una ciudad turística se encontraran a su llegada y salida de la población con un feo y peligroso hueco en la calle.
Creo que tres cosas ganamos los habitantes y visitantes de Mérida con la acción del buen ciudadano que tapó el hueco a la entrada de la ciudad. Primero se demuestra que cuando se quiere se puede y que no hay que hacer mucho esfuerzo para realizar cosas importantes. Segundo que no es necesario volver a nadie millonario para que se resuelvan los problemas de la ciudad. Y tercero, no será necesario colocar un aviso a la entrada de Mérida para recordar que algún funcionario gubernamental tapó un hueco en la calle de entrada a la ciudad.
Por último, debo darle las gracias a ese buen ciudadano que nos ha enseñado, con el ejemplo, que la ciudad que tenemos es obra de todos quienes habitamos aquí y de quienes nos visitan. Si queremos tener una mejor ciudad es necesario estimular estos comportamientos y desechar los que dañan, afean y deterioran la ciudad. Fue sin duda alguna una excelente demostración de compromiso con la ciudad donde vivimos. Gracias amigo.
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