miércoles, 23 de septiembre de 2020

Universidad, Financiamiento y Autonomía

Torre de la ULA vista desde el VRA foto de Vasco Szinetar.

La Academia de Mérida, desde hace algunas semanas decidió realizar sus sesiones rutinarias semanales, en formato virtual. No ha sido sencillo. Afortunadamente cuentan con miembros que saben del tema y una Comisión Técnica que le está dedicando tiempo y esfuerzo. Vayan nuestras palabras de  apoyo y reconocimiento. 


El pasado 9 de septiembre de 2020 se iniciaron las actividades virtuales con una reunión sobre dos aspectos de la vida del Dr. José Gregorio Hernández. El primero sobre su filosofía de vida desarrollado por Mariano Nava Contreras y el otro sobre algunas de sus condiciones como médico  a cargo de Carlos Guillermo Cárdenas. Ambos expositores integrantes de la Academia de Mérida. Realmente muy interesantes las exposiciones. Todo lo pueden visitar  en el blog de la Academia de Mérida y en los link si le dan clic en sus nombres respectivos.

 

Hoy, 23 de septiembre de 2020, continuaron las sesiones virtuales en la Academia de Mérida y el tema estuvo a cargo de la Miembro Correspondiente Estadal Christi Rangel Guerrero. El tema fue: Viabilidad de la universidad autónoma en Venezuela.

 

La discusión sobre la universidad venezolana y su autonomía está fuertemente vinculada a la política de financiamiento. Fue previsivo el Libertador Simón Bolívar cuando en fecha tan lejana como en 1827, en el momento de definir el estatuto de funcionamiento de la Universidad de Caracas, se le otorgaron a la institución un conjunto de haciendas y bienes urbanos que le proveían de recursos para su funcionamiento. Esa realidad llegó hasta el gobierno de  Guzmán Blanco en 1883 cuando se obligó a vender las haciendas y demás bienes inmuebles a las universidades de Caracas y de Mérida para invertir sus importes en valores de la deuda pública (Fernández Heres, 1987, p.164). Todo ello llevó al final a tener que recurrir al financiamiento gubernamental –año a año- a las universidades públicas venezolanas,  hasta la actualidad.

 

Christi Rangel en una análisis de mucha seriedad, con fundamento en diversos estudios internacionales, con explicaciones  sencillas y utilizando su propia experiencia como alumna de universidades públicas en el exterior, aborda  el problema.  En primer termino analiza la situación económica y política del país y el quiebre del Estado. Si en el pasado hubo un financiamiento público que permitió algunos logros  en democratización  de las universidades y de creación de una cierta capacidad científica y tecnológica, hoy esa realidad no existe. El Estado está quebrado y además ha desarrollado desde 2007 una política de disminución sistemática de los presupuestos universitarios. Escuchando a la expositora y luego leyéndola, con detenimiento, la explicación realmente se deberá de catalogar  de una política perversa para no entrar en más detalles. Hoy quienes sostienen a las universidades públicas  son sus profesores, administradores y empleados que tienen salarios miserables, pero pese a ello siguen manteniéndolas en funcionamiento. Recomiendo revisar la tabla de salarios que muestra la expositora que evidencia la explicación que hace sobre la situación de las universidades. Ya al  concluir  Rangel dice:

 

 “En este sentido, con mucho respeto propongo que se discuta abiertamente un modelo de financiación para la educación universitaria distinto al que ha imperado hasta ahora, en el que el Estado antes y ahora también los profesores y trabajadores son los que financian la educación universitaria y no sus beneficiarios: los estudiantes.” 

 

Realmente la exposición es una postura muy seria y además valiente. Nos solidarizamos con la idea de continuar la discusión y estimular, tal como finaliza Christi Rangel:   

 

“... hacer un llamado de atención sobre el debate que debemos realizar para que más temprano que tarde, cambié el modelo existente de financiación que no es sostenible, que nos ha paralizado y cuyas esperanzas se abrazan a las peticiones al gobierno para que garantice lo que, aun queriendo, no puede garantizar”.  

 

En fin, creo que aún en medio de las graves dificultades  que actualmente enfrentamos los venezolanos y en especial los universitarios, por la crisis política y la crisis humanitaria por el COVID19, pensemos qué hacer  con las universidades venezolanas, su autonomía y su financiamiento que estimule su calidad. Sin universidades de calidad no tendremos  sociedad de bienestar y justicia para todos.  Les invito a leer la exposición en el blog de la Academia de Mérida.

 

 

Bibliografía:

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Fernández Heres, Rafael (1987): La Instrucción Pública en el Proyecto Político de Guzmán Blanco: Ideas y Hechos.  Caracas, Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, Colección, Estudios, Monografías y Ensayos,  Núm. 95, 190 pp.

 

Notas:

Las palabras que están resaltadas y subrayadas si se les da clic se va a los textos en el blog de la Academia de Mérida.

La foto es de Vasco Szinetar y muestra la torre del núcleo central de la Universidad de Los Andes (ULA-Venezuela) desde los pasillos del Vicerrectorado Académico (VRA).  

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