jueves, 19 de julio de 2018

El retrato de Mario Briceño Iragorry: evocación e imaginación

                                              Foto: Archivo Fotografía Urbana
Por Luis Ricardo Dávila

Miro el retrato, me detengo en el personaje, en sus rasgos corporales y en aquellos menos corporales como aquella trama particular de espacio y tiempo, la aparición irrepetible de una lejanía que se ha dado en llamar aura, e inmediatamente muchas personas aparecen precipitadamente en mi imaginación. 

La imagen parece desplazar la distancia temporal. Aquellos casi noventa años que van desde 1927, fecha de su realización en el Estudio Baralt y Compañía, hasta nuestros días. 

Al intentar escribir la primera página de esta sencilla historia se me ofrece a la vista un cuadro admirablemente ilustrador del disfrute de tan inocente pasatiempo, como lo es poner en palabras lo que significa y representa esta imagen.