viernes, 4 de mayo de 2012

La Universidad venezolana como problema


Humberto Ruiz

Orlando Albornoz tiene 53 años siendo profesor de la Universidad Central de Venezuela. Sociólogo de profesión ha trabajado en sociología de la educación, desde que egresó de esa casa de estudios.  Realizó un PhD. en  The London School of Economics and Political Science. Tiene una extensa labor como docente en universidades del exterior, así como de conferencista  y consultor de gobiernos y organismos internacionales.

El pasado 3 de mayo fuimos invitados para hacer la presentación de Albornoz  y de su más reciente obra, publicada por La Fundación “Simón Rodríguez” de la Lotería del Táchira, que lleva como título: Las múltiples funciones de la Universidad: crear, transferir y compartir conocimiento (2012). Mérida, El Portatítulo, 613 pp.

Podría haberme extendido ampliamente para destacar la labor académica y los logros  alcanzados  por Orlando Albornoz  a lo largo de su vida profesional, pero dado que la presentación fue realizada en el Núcleo de la Universidad de Los Andes de San Cristóbal, no lo consideré necesario. Sólo destaqué un reconocimiento internacional: El Premio Interamericano de Educación Andrés Bello que otorga la OEA y que recibió Albornoz  en 1997. Reconocimiento que comparte con otros tres venezolanos: Luis Beltrán Prieto Figueroa, Ruth Lerner de Almea y Félix Adam. He tenido la suerte de conocer personalmente, a casi todos ellos y además, a César Chávez  Taborga (1964) a quien también se le otorgó el referido premio. A los dos primeros solo los conocí muy tangencialmente mientras al último de ellos le debo gran parte de nuestra formación universitaria y la preocupación por los temas de la formación docente universitaria.