domingo, 10 de marzo de 2013

Desde el sentimiento

Foto: Xinhua
En estos últimos días hemos visto una Venezuela  que quizás, se nos había olvidado que existía, o a lo mejor  pensábamos, se había matizado o minimizado su pensamiento mágico, con el tiempo y con la modernización. Pero, la hemos visto renacer con bríos, como las pesadillas, cuando nos atragantamos de excesos y el sueño nos vence.


Nuestro anterior artículo “Chávez muere: siguen los problemas”,[1]  lo escribí  el miércoles pasado, menos de veinticuatro horas después de conocerse la muerte de Chávez. Uno de nuestros amigos lectores me hizo una recomendación de eliminar una referencia que le quitaba contundencia al escrito. Y además, nos hizo un reconocimiento que agradezco y es parte de lo que siempre ha guiado mi vocación de quien aspira a escribir y ser leído. Dijo el amigo sobre el artículo: “Claro y desapasionado (probablemente “muy” desapasionado  para la hora, pero no lo desmerita).




miércoles, 6 de marzo de 2013

Muere Chávez: quedan los problemas


“Cuando se produzca la falta absoluta del Presidente electo o Presidenta electa antes de la toma de posesión, se procederá a una nueva elección  universal, directa y secreta dentro de los treinta (30) días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o la nueva Presidenta, se encargará  de la Presidencia de la República  el Presidente  o Presidenta de la Asamblea Nacional”

Artículo 231

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela



“No podrá ser elegido Presidente o elegido Presidenta de la República quien esté en ejercicio del cargo  de Vicepresidente  Ejecutivo  o Vicepresidenta Ejecutiva… en el día de su postulación o en cualquier momento entre esta fecha y la de la elección”

Artículo 229

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela


Afirmar que podemos escribir esta página sin pena, por la muerte del Presidente venezolano de los últimos catorce años, no es ciertoNuestra pena es por Venezuela y por los millones de nuestros compatriotas que sienten que se les ha muerto un padre, un amigo, un amor.  Y eso es doloroso para ellos.  Se debe entender.  Pero nosotros además, debemos señalar que más allá de Chávez, hay que mirar el país y su necesidad de reconciliación y progreso. ¿Estaremos en capacidad de hacerlo, -es decir, reconciliarnos y progresar- mas allá de las declaraciones y del duelo de sus seguidores?.