El pasado 22 de abril de 2015, la Academia de Mérida nos encomendó la tarea
de disertar sobre una institución educativa de Mérida: el Grupo Escolar
"Vicente Dávila", y su epónimo. La finalidad fue rendirles
homenaje, en razón de los 145 años de haberse firmado el decreto de gratuidad
y obligatoriedad de la educación primaria en Venezuela, por el Presidente Antonio
Guzmán Blanco, en 1870.
Debo confesar a nuestros lectores que disfruté mucho el trabajo de búsqueda
y recolección de la información para esta tarea. En especial las entrevistas,
por la WEB y personalmente, con cuatro ex-alumnos del Vicente Dávila, para
tener una idea de su experiencia educativa. Pero, igualmente gocé
intelectualmente cuando ahondé en la obra bibliográfica de Vicente Dávila
(1874-1949).
Los venezolanos, y en general los latinoamericanos, somos proclives a
destacar las virtudes militares o más bien bélicas -y hasta montoneras-, de nuestros antepasados.
Eso, actualmente, es una realidad que vivimos, lamentablemente, con un régimen
político que, le ha dado figuración exagerada a los militares en la vida
publica y en la esfera civil contemporánea. Cosa inadecuada que, esperamos
se corrija más temprano que tarde. No es conveniente que, a quienes el Estado
les da las armas para la protección de los civiles, compitan en la dirección de
la vida civil. Pero bueno, eso será una tradición que se habrá de corregir.
Esperamos que sea lo más pronto posible.
Lo que hoy deseo destacar es que, en 1950, durante un régimen militar, se construyó la
más moderno e importante institución de educación primaria de Mérida en el siglo pasado, y se le dio por nombre el de Vicente Dávila. ¿Quién fue éste hombre? Pues, un tachirense a quien se le
debe, entre otras muchas obras intelectuales, la organización de los primeros
catorce tomos del archivo de Francisco de Miranda.
Pero no fue esa sola, la actividad importante del personaje del cual escribimos.
Vicente Dávila organizó con criterio de modernidad el Archivo General de la
Nación, fundó su boletín y publicó un sinnúmero de obras de contenido social e
históricas de gran valía para la vida intelectual del país.
En nuestra disertación expresamos que, siendo un estudiante de medicina en
la Universidad de los Andes, Vicente Dávila, escuchó con interés las arengas
que Cipriano Castro les hizo, en 1899, a los estudiantes de esa
institución. Castro les pedía que le acompañaran en la campaña montonera que
lideraba para tomar en Caracas el poder político de la república. Pese a que muchos de sus
compañeros de estudio escucharon la arenga militar de Castro y lo siguieron,
Dávila no hizo caso y se quedó en Mérida. Al año siguiente se graduó y
también publicó su primer libro: Verdades, Caracas, imprenta Bolívar,
104 pp.
En nuestra intervención, indicamos que, por la extensa obra intelectual producida, Vicente Dávila, merece mucho más que darle su nombre a un Grupo Escolar en
la ciudad que le vio graduarse de médico. Por ello, la Academia de Mérida
decidió colocar una placa en el Mural de la Excelencia Académica, para
recordar a este tachirense de Capacho que se hizo, médico, periodista y
civilista, en esta ciudad. Y que le dio a Venezuela una obra académica que,
la generaciones futuras debemos valorar por la reflexión social que hizo de este
país. Obra que sin duda alguna, permite formarnos una conciencia histórica, a las generaciones posteriores a su autor, por su amplia e importante labor
intelectual.
La ilustración que acompaña la parte inicial al texto la utilicé para mostrar las dos
líneas principales de la obra intelectual de Vicente Dávila: una sobre los
problemas sociales del país y otra sobre su investigación histórica. Espero que
con estas palabras y éste texto se estimule a otros a revisar la obra
interesante de un venezolano que con su labor intelectual acrecentó el
conocimiento del país. Y que también miró con preocupación los enormes
problemas sociales que teníamos, al compararnos con otros países del
continente. Lamentablemente hoy estamos en una situación similar a cuando
Vicente Dávila veía los adelantos de nuestros vecinos del continente.
Afortunadamente, por las gestiones del autor en difundir sus libros casi toda la obra de Vicente Dávila está en la Biblioteca Tulio Febres Cordero de la ULA, para los interesados en consultarla. La última ilustración que presentamos es la portada interna de su obra: Problemas Sociales (Chile, 1935) y está ofrecida de puño y letras, por el autor, a la biblioteca de la Universidad de Los Andes, su Alma Mater.
Afortunadamente, por las gestiones del autor en difundir sus libros casi toda la obra de Vicente Dávila está en la Biblioteca Tulio Febres Cordero de la ULA, para los interesados en consultarla. La última ilustración que presentamos es la portada interna de su obra: Problemas Sociales (Chile, 1935) y está ofrecida de puño y letras, por el autor, a la biblioteca de la Universidad de Los Andes, su Alma Mater.
Ing. Robny Jauregui.
ResponderEliminarHaciendo un recuento geneológico encontramos que Vicente Davila Pico (1874-1949) es hijo de Una Prima Hermana del Presidnte de Venezuela Cipriano Castro Ruiz (1858 - 1925). Paso a explicar: La abuela de Don cipriano es Bernarda Castro, casada en primeras nupcias con Antonio Pernia, del cual Nacerá la abuela de Vicente Davila, doña Florentina Pernia Castro, quien casará con Ramón Pico, de esta unión Nacerá la madre de Vicente Davila: Ines Pico Pernia, quien Casará con Antonio Davila Nucete.
En segunda instancia doña Bernarda Castro convive con Melecio Contreras, de dicha Unión nacerá CARMELITO, o don José del Carmen Castro que se casara con doña Pelagia Ruiz Contreras, quienes son los padres de don Jose Cipriano Castro Ruiz.
Es decir que la Madre de Vicente Davila es prima Hermana del presidente Cipriano Castro.
Saludos.