El financiamiento público para atender requerimientos de jóvenes para estudiar en el exterior fue persistente en Venezuela durante el siglo XIX (en particular las dos últimas décadas), todo el XX y en el XXI hasta el pasado octubre de 2014. Hay mucho publicado al respecto[1].
Carmen Felícitas León era una joven que participaba de las actividades
religiosas en su natal Caracas en los primeros años del siglo XX. Una reseña de
José García de la Concha de 1962, indica
que en la semana santa de 1902 un grupo de muchachas caraqueñas cantaban
en los oficios del jueves santo en el sermón de las siete palabras:
“Tal
arrobamiento de piedad recuerda al emocionado padre José Vicente Lozano en
Altagracia. Con su verbo elocuente hacia llorar a sus fieles. Antón Chirinos, Carmen Felícitas León, Angelina
Brandy, Isabel Hermoso y la debutante Susanita Delfino, que esta vez se
consagró como una gran contralto, hacían llenar los templos a las horas de la
música. (ver en: http://mariafsigillo.blogspot.com/2013/03/la-semana-santa-en-la-caracas-del-siglo.html)
Carmen
Felícitas León fue “pensionada” por el
Gobierno de J. V. Gómez para estudiar canto en el Conservatorio de Milán. Ha
sido la única persona referida por un
presidente de la República en los discursos de presentación de cuenta ante el poder legislativo, en razón de éste
tema. De hecho, la Cámara del Senado del Congreso Nacional le aprobó a la
señorita León una subvención de Bs. 400 mensuales el 9 de agosto de 1909. Por dos años, a partir de noviembre de ese
mismo año, gozó de ese financiamiento, que le fue prorrogado el 1 de diciembre
de 1911, por un año más. Lo que hace un total de poco más de tres años en esta
condición de estudiante becadas por el Estado venezolano.
A fines
de ese año fue invitada a participar en un concierto organizado por el Círculo
Industrial de Milán en Italia y tuvo buena acogida su intervención. En el Cojo Ilustrado del 15 de
enero de 1912 se da cuenta de la participación exitosa en el concierto y se informa que la caraqueña, Carmen Felícita León, cantó la romanza del Sonámbulo y el Caro nome de Rigoleto.
Desde
que incluimos el dato anterior en nuestro libro Tras el Fuego de Prometeo: Becas en el exterior y modernización en
Venezuela (1900-1996), hemos querido saber más sobre la vida de Carmen
Felícitas León. Hoy tenemos otras informaciones, gracias al internet. Una sobrina nieta, Josefina León, quien
también se dedicó al canto pero en la década de los años 40 en Maracay, hace
memoria de su interés por las artes y la refiere:
“Josefina
cuenta que la vena artística la heredó de su familia paterna, donde la música
fue casi una religión. Su abuela Clemencia, pianista de pura cepa, heredó su
arte a sus dos hijas: Clemencita, quien combinó la ejecución del instrumento
con el arte de pintar, y Carmen Felícita, quien se inclinó por el canto lírico
y ya a principios del siglo XX había conquistado los más exigentes escenarios
operísticos del mundo, siendo la primera mujer venezolana en cantar en el
Teatro La Scala.” Ver en:
Ojala y ahora quienes lean esta nota
y sepan de la graciosa y artística
caraqueña nos cuenten más sobre ella.
Lo que deseamos resaltar aquí es la
participación de las mujeres entre los venezolanos que fueron subvencionados
por el Estado para estudiar en el exterior. Además, la larga tradición que viene del siglo XIX ha sido interrumpida por el actual gobierno, desde octubre de 2014, cuando les negó la petición
a todos los jóvenes que habían hecho solicitudes de dólares preferenciales.
Hemos vuelto otra vez a los tiempos en que sólo los muy ricos -los verdaderamente ricos- podían hacerlo. ¡Qué
pena!
[1] Los datos sobre la experiencia de becarios venezolanos en el exterior
en el siglo XIX se pueden leer en: Ruiz, H. (2003): “Con la mirada en Europa:
Los estudiantes venezolanos en el exterior (siglo XIX)”. Bitácora-e, Número
(0), Enero-Diciembre, pp. 1-27. Ver en el Link: http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/18347/1/articulo0-2.pdf. La información sobre los becarios
en el exterior de Venezuela en el siglo XX se pueden ver en: Ruiz,
Humberto (1997): Tras el fuego de Prometeo. Becas en el exterior y
modernización en Venezuela (1900-1996). Caracas, Nueva Sociedad, CDCHT-ULA,
-Fundacyte-Mérida, 283 pp.
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