domingo, 22 de diciembre de 2024

Comiendo en Madrid y la diáspora

 


Escucho unas risotadas al pasar por la plaza de El Llano de mi querida Mérida y por supuesto, veo a mi amigo, el de la felicidad, rodeado de personas quienes le celebran sus ocurrencias.

Me acerco y busco participar en la conversación. Mi amigo, el de la felicidad, acababa de llegar hace unos días de Madrid (España). Una de las cosas que hizo fue visitar a un amigo digital para conocerlo en “cuerpo y persona”. “Ahora ocurre cada vez, en más oportunidades, que llegamos a establecer una gran amistad, sin habernos visto la cara nunca: ´face to face´,”. Efectivamente, creo que es así. Pero, no sabía la razón de las risotadas…

 

Bueno lo primero que motivaba las risas era el cuento de cómo logró llegar a la puerta de la estación de Sol y encontrar la salida que daba frente a un negocio de computadoras muy reconocidas, donde habían quedado a verse. Mi amigo, el de la felicidad, está cada vez mas inútil, en eso de orientarse o encontrar lugares que no le son cotidianos. Pero, cuando logró ubicar el lugar para el encuentro, estuvo feliz y lo mejor; allí llegó también su amigo digital,  a la hora prevista: 1 pm.     

 

Durante los preparativos para el encuentro había pedido al nuevo amigo que buscara un lugar para comer, de tal manera que, rápidamente le indicó un lugar para almorzar. El lugar estaba vacío pero insistió que era bueno, que allí lo conocían y lo trataban muy bien.

 

Efectivamente, pese a la visión inicial de soledad total en el local para comer, al rato ya estaba llenó y la comida fue extraordinaria. Así como la atención.

 

El nuevo amigo, inicialmente digital y ahora en cuerpo y alma forma parte, de la diáspora venezolana. Es profesor jubilado de la UCV y ha realizado una extraordinaria labor para registrar esta realidad venezolana, ofrecer alternativas a instituciones y aprovecharla. Los intereses de ambos, el amigo de la felicidad y el amigo digital de este, eran disimiles. Al amigo de la felicidad solo le interesaba conocer a su amigo digital y al amigo de la diáspora lograr comprometerlo parar organizar una seccional de la institución que dirige, desde Madrid, para estudiar la diáspora de Mérida y en especial la de la ULA.  Cómo lograron entenderse fue una labor complicada y llena de chistes que prefiero no recordar aquí, no sea que al leer el texto se molesten conmigo.

 

Bueno, pues el próximo año comienza la labor para estudiar y aprovechar la diáspora de Mérida y la ULA. Esperamos que las autoridades de Mérida colaboren y no se dediquen a pelear entre ellas, para ver quien saca mejor provecho de esta labor. Una actividad que requiere mucha seriedad. Vamos a ver si de los chistes se pasa al aprovechamiento institucional de los venezolanos, que deambulan por el mundo. 

 

Pero lo mejor, según mi amigo de la felicidad, fue la comida y la atención que le ofrecieron en El Buscón, donde casi se queda a dormir en medio de la charla, los tragos y la comida, pues pasaron seis largas horas allí. Fue una extensa y agradable reunión.                 


1 comentario:

  1. Excelente oportunidad Humberto para tu amigo, el de la felicidad. Un abrazo

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