sábado, 24 de agosto de 2019

Los rectores de las universidades ¿cara o sello?

Orlando Albornoz
Foto (*)
Universidad Central de Venezuela

En días pasados conversé con un grupo de empresarios, que se reúne según corresponda en la residencia de cada uno de ellos. En algún momento hablé del papel de los rectores de las universidades y aludí al hecho único de cómo el MIT, el más reputado centro académico del planeta, era dirigido por un venezolano, el Dr. Rafael Reif. 

Es un hecho ignorado por el actual gobierno, incapaz cómo es de la utilidad práctica que significaría asociarse con una persona que ocupa tal cargo internacional, pero quizás no les da la cabeza. Preocupado como estuvo el rector de la UNESR de ir a una marcha política y gritar a todo dar un vigoroso Viva Maduro


No se me debe pasar, sin embargo, mencionar que Rafael es maracucho de nacimiento, ingeniero egresado de la Universidad de Carabobo -me sorprende que no le hayan concedido un doctorado honoris causa, si yo hasta tengo dos, habiendo aportado una minúscula porción en comparación, con quien luego fue profesor en la Universidad Simón Bolívar, hasta irse a los Estados Unidos y en función de su talento llego a la posición que desempeña actualmente, para orgullo de la academia criolla.

En verdad que el país tiene una oportunidad para mejorar la calidad de la gerencia de las universidades. Puede designar rector de las universidades a personas competentes en el área de estas instituciones, o puede errar y designar a personas mediocres incapaces de hacer bien, por inexpertos y porque alguno carecen de credenciales. En Venezuela hemos tenido rectores de excelencia y no arriesgo faltar a la verdad de los hechos si Francisco De Venanzi, Luis Manuel Peñalver y Ernesto Mayz Vallenilla fueron rectores notables, De Venanzi aportando la visión de la universidad de investigación. Luis Manuel proporcionando la visión práctica acerca del manejo de una universidad. Y Ernesto incidiendo en la noción de que una universidad no entrena para una profesión, sino que forma para la vida.

Pero aludí a como designamos o elegimos a nuestros rectores. Mencioné a un caso interesante, un joven a quien en su momento mencionaron como ‘el rector más joven del mundo’. No me cabe duda, pues es un estudiante de un programa de doctorado y su hoja de vida sugiere que no tiene competencia alguna en materia de universidades y quizás por ello lo designaron rector de la Universidad Nacional Experimental Bolivariana de Venezuela y para aprovechar mejor sus experticias lo recién nombraron Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología.  Antes nombraron rector de la UNESR, una institución bien interesante que se originó en una visión social al elaborar una tesis importante, la pedagogía de la experiencia, creada por un educador de interés, Félix Adam. Pues designaron a otro joven que, según su hoja de vida, tiene estudios de doctorado, en Managua, Nicaragua, pero no logré hallar las evidencias del caso y me guio solamente por el hecho de que Nicaragua no es precisamente una fuente de reputación y prestigio en materia del conocimiento, así como que es doctor egresado de la Universidad Santa Rosa.

Es en verdad un procedimiento, que tiene ya varios años de vigencia, el de designar a los rectoes en elecciones manipuladas de arriba abajo y han sido un procedimiento hasta divertido, pues usualmente ha sido una manera burda de llenar este espacio de poder. Soy un participante de la vida universitaria desde 1952 y son muchos los años desde entonces, hasta ahora y debo declarar que este cara o sello académico ha funcionado. ¿Qué han llegado al poder universitario personas sin capacitación alguna? Pue parece no importar mucho, porque nunca se ha despedido un rector -bueno, al menos uno, que era o había sido rector de la UNERG, pero es mejor no entrar en cosas de harto hurgar.

Alguien me hizo entonces la pregunta impertinente: ¿Qué se puede hacer para captar a los y las mejores para estos cargos? 

Sencillo: Elecciones abiertas, nacionales, incluyendo las universidades de todo tipo y abiertas en el ámbito internacional para el IVIC y el CENDES. Ya que nunca pude ser designado rector y menos ministro me toca ofrecerme como Juez, pero en verdad la elección nacional e internacional que recién mencioné debe ser organizada es por la Asamblea Nacional, o por el Tribunal Supremo de Justicia. Tal vez se haya dado cuenta de esta posibilidad el actual joven estudiante de la UCV, hoy ministro y emita la Ley Trómpiz y haría crecer el prestigio y reputación del país, tan golpeado como viene siendo. Mientras tanto sigamos usando la moneda, cara o sello, pero moderna, de nuestro tiempo, una moneda con dos caras idénticas. Mas sencillo no se puede.

Nota
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(*) Foto tomada de: https://es.wikipedia.org/wiki/Torre_del_Reloj_de_la_UCV

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