domingo, 1 de mayo de 2022

Foro interruptus

                                                                                                Foto (*)

Explicación:

En las últimas semanas del mes de marzo de 2022 fui invitado a participar en un evento para celebrar el aniversario 237 de la fundación de la Universidad de Los Andes (Mérida-Venezuela). Llevaría por título: Foro 237 años de la ULA. Se realizaría en el Auditórium César Rengifo, el miércoles 30 de Marzo de 2022 a las 10 AM.  


Por supuesto me preparé, discutí con amigos académicos el tema que trataría y preparé mi intervención escribiéndola. Sorpresivamente la noche anterior  -y bien tarde por cierto- me informaron que el foro no se realizaría. 


Un mes después, sin aún saber qué pasó ni qué determinó la razón de la suspensión, volví a leer mis notas y decidí publicarlas aquí - sin cambiarles una coma- para mis muchos e interesados lectores. Se agradecen comentarios que como siempre serán bien recibidos. Cada quien sacará las conclusiones sobre el tema y las circunstancias que vivimos. Muchas gracias.



237 años de la ULA: entre la reingeniería y los acuerdos políticos

 

 

1.  Introducción.

 

Nos encontramos celebrando un nuevo aniversario de la fundación de la institución primigenia que estableció Fray Juan Ramos de Lora y que  con el tiempo devino en la Universidad de Los Andes (ULA). Son 237 años desde aquel 1785 que dio inicio a lo que hoy es la ULA. 

 

Agradecemos a las autoridades rectorales por la invitación para participar en esta actividad y adicionalmente al Prof. Juan Vicente Pinto quien ha tenido la responsabilidad de la organización de este foro que lleva el interesante título de: Reingeniería de la Educación Universitaria.

 

Esperamos dar muestras de la vigencia del slogan que se ha incluido en el afiche digital del evento: La Universidad esta viva. Viva la universidad.   

 

 

2. Precisiones sobre la reingeniería y la educación universitaria

 

 

Para comenzar deseo hacer algunas precisiones sobre los términos del título del evento: reingeniería y educación universitaria. 

 

El primer concepto, la reingeniería, tal como lo plantearon Morris y Brandon en 1994 se refiere a procesos  de “replanteamiento fundamental y rediseño de los procesos en las empresas”,  para mejorar su “rendimiento”

 

Por supuesto, desde su origen la reingeniería se aplicó a diversos tipos de instituciones más allá de las estrictamente empresariales  y tal como lo expresa, Carlos Hernández Rodríguez,  muchas veces sin la adecuada preparación en sus metodologías. Esta es la razón según Rodríguez de haberse producido “resultados no esperados y por lo tanto generando un especie de rechazo a esta técnica”.

 

La primera época en que la reingenieríase aplicó en la ULA fue cuando la institución fue beneficiaria de prestamos de Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que facilitaron los recursos para  nuevos espacios como los núcleos de la Hechicera y los Núcleos del Táchira y de Trujillo.  Pero, a la vez, auspició la departamentalización de las diversas facultades. De tal manera que, la ULA conoce el término de reingeniería y lo ha aplicado, sin duda alguna con éxito en el pasado. La pregunta que nos hacemos hoy es, si: ¿están  dadas las condiciones para volver a aplicar procesos de reingeniería en el presente?. 

 

 

El segundo término que se utiliza en el título del evento es: Educación Universitaria.  El mismo incluye a las universidades y a todas las demás instituciones, de tercer nivel del sistema educativo que, desde 1970 hasta el presente se han venido estableciendo en Venezuela. El término, en primer lugar, minimiza las diferencias entre las universidades autónomas y las que no lo son. En segundo lugar nos preguntamos si es posible la uniformidad de la educación universitaria sin reconocer, fortalecer y establecer en todas las instituciones de la educación universitaria  la autonomía universitaria, tal como está establecida en el artículo 109 de la Constitución y la Ley de Universidades.  

 

En definitiva, el uso de la reingeniería y la incorporación de la autonomía a la educación universitaria hoy, tienen un marco de aplicación que va más allá de lo estrictamente administrativo y jerarquiza el aspecto académico para darle preeminencia. 

 

3. Los problemas administrativos versus los problemas académicos. 

 

Ambas realidades, lo académico y lo administrativo, no están en un nivel similar.  Sin embargo,  las restricciones del presupuesto, que se otorga por parte del Gobierno Nacional sin tener en consideración las exigencias planteadas por las universidades. El deterioro de los  espacios universitarios, que en el caso de la ULA pasa de los 900 mil metros cuadrados de construcción.  La realidad del salario de sus profesores, empleados y obreros que contraviene las necesidades para la subsistencia y para cumplir con el trabajo académico presencial o a distancia. Y, finalmente, la diáspora del personal docente y de investigación. Toda esa problemática parecen darle preeminencia a los aspectos administrativos y por supuesto a la reingeniería.  Pero, estamos enfrentando realidades sociales y políticas que deben darle jerarquía y preeminencia a lo académico. Veamos cuáles son los tres principales aspectos que afectan lo académico hoy, para el futuro más inmediato de la universidad.

 

4.  Las áreas problemáticas hoy de lo académico. 

 

El COVID19 y la presencialidad; la nueva legislación que propone el gobierno;  y los recursos con que se cuentan (fundamentalmente humanos y económicos) son las áreas problemáticas. Veamos. 


4.1. La pandemia del COVID19 ha incidido a nivel mundial en la realidad educativa  y universitaria al tener que cambiar los esquemas de la presencia física en  las actividades académicas: en la docencia, investigación y extensión. Hay países que en pocas semanas han resuelto esta situación  con sus posibilidades en las redes sociales. Sin embargo, nosotros en Venezuela y en la ULA estamos prácticamente estancados. Unas instituciones más y otras menos, pero el resultado es el de una gran parálisis. Debemos adicionar, a lo que han sufrido otros países, el efecto en la vida universitaria, la calidad  de nuestro sistema eléctrico y de las redes sociales, las limitaciones en el combustible para el transporte, entre las realidades adversas mas importantes. Todo ello hace que se deban modificar los currículo y las practicas docentes; jerarquizar los campos de investigación y ampliar otras áreas que no se había investigado y por supuesto repensar todo lo referente a la extensión. 


4.2. Para el gobierno nacional lo fundamental hoy es producir una nueva legislación para la educación universitaria que incluya a las universidades y en especial a las autónomas. Si bien es evidente  que la ley de 1958 y su reforma de 1970 no prevén los cambios que hemos sufrido más recientemente, como los del COVID19, creo que la nueva legislación no podrá formularse tan rápidamente como sería necesario y lo ameritan las condiciones sociales y económicas.   Pero este espacio de una nueva legislación está abierto y hay que aprovéchalo. 


4.3. Hemos perdido una cantidad inmensa de personal académico y de estudiantes, así como de personal administrativo y obrero.  En qué cantidad, no lo sabemos. Así mismo, las nuevas condiciones de presencialidad han cambiado los esquemas del trabajo universitario. Por supuesto, los recursos presupuestarios hoy son mas insuficientes y se requieren sumas inmensas para recuperar lo deteriorado y para abrirse a los nuevos esquemas del trabajo social.  Hoy más que nunca la inversión en la universidad es fundamental con el agravante de que los otros niveles educativos también lo requieren.  No es fácil tomar decisiones al respecto. Pero hay que hacerlo. Dejarlo para mas tarde será  la liquidación de la universidad, pero también del sistema escolar en su conjunto y del futuro de la sociedad venezolana. 


En nuestro criterio estos son los tres aspectos que están incidiendo mas fuertemente, en la vida académica y se deben atender lo más rápidamente posible. Ahora, para ello debemos volver al centro de lo que es la universidad: una institución para  la búsqueda del conocimiento  en medio de las diferencias. 


5.  El espíritu universitario: las diferencias y su respeto


Creemos que la mejor expresión de lo que debe ser la universidad está recogido en los aspectos fundamentales de la ley de universidades de 1970. Es decir, es una comunidad de intereses espirituales; para búsqueda de la verdad; el afianzamiento de los valores trascendentes del hombre;  al servicio de la nación; abierta a todas las corrientes del pensamiento universal; autónoma en sus aspectos organizativos, académicos, administrativos y económicos.  En resumen, es una institución que busca la verdad y respeta las diferencias internas y externas.  Por ello, consideramos  que es fundamental que las universidades autónomas propicien los acuerdos políticos para atender la critica situación que vivimos  en la actualidad y que ya hemos descrito someramente anteriormente.


6. Los acuerdos políticos.


Para que ocurra un pacto es fundamental que  las partes involucradas deban ganar algo cada una. En el caso que nos ocupa nos preguntamos: qué debe ganar el gobierno, qué la universidad. Es más,  hay necesidad de entender y aceptar la bipolaridad de la realidad política y social en Venezuela: gobierno y oposición.  Qué debe ganar cada uno junto con la universidad y sus distintos sectores internos. La base es poner a la constitución del 2000 como marco y base de referencia del acuerdo. Además, ofrecer al menos cuatro aspectos fundamentales que van a atender con prioridad las universidades.

 

6.1. Participación y protagonismo de los distintos integrantes (del personal académico, estudiantil y de los egresados, así como el personal administrativo y obrero de la universidad) en el gobierno universitario, definiendo el peso y la función de cada uno de ellos. 


6.2. Inclusión y equidad de nuevos y diversos sectores sociales parar otorgar grados universitarios, para lo cual es fundamental incorporar y aceptar en el currículo universitario la experiencia social y laboral de esos nuevos sectores sociales. 


6.3. Abrir y reforzar  la clásica extensión universitaria con una inter-relación orgánica  en dos direcciones: universidad-comunidad (parar ayudar a resolver problemas de las comunidades en: salud, transporte nutrición, etc.)  y  la inversa  comunidad-universidad  (creando centros de estudios  de los problemas de las comunidades).


6.4. El establecimiento de la defensoría universitaria como expresión del poder moral incluido en la constitución del 2000, que hasta ahora no está en la universidad.  De tal forma de hacer orgánica la contraloría social y la defensa de los sectores universitarios.

 

Es posible y conveniente que aparezcan nuevos temas parar el acuerdo político que consideramos deben marcar la búsqueda de la solución a la crisis actual de las universidades y  de la educación universitaria. Debemos estar abierto a ello, siempre respetando el núcleo de lo que son los pactos: ganar-ganar. 


7. Conclusiones.

 

Al finalizar nuestra intervención debo agradecer a todos con quien he discutido los temas universitarios que hemos expuesto, en especial a los colegas del Grupo de Miradas Múltiples.

 

Reiteramos el agradecimiento a quienes han hecho posible nuestra participación en este evento. 

 

Para concluir deseamos reiterar que el sentido de la universidad es la búsqueda del conocimiento en medio de la aceptación de las diferencias. 

 

¡La Universidad está viva. Viva la universidad!. Muchas gracias. 



Nota:

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Foto (*):  tomada por el autor durante una manifestación en Mérida el 26 de febrero de 2014.

 

        

 

 


   

2 comentarios:

  1. Muy bueno, felicidades ,. Creo que luego del covid la educación formal ha sufrido a nivel mundial un proceso de reingenieria.

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