viernes, 16 de abril de 2021

Un año más...

 


Hace un año (en 2020), por estos meses, estaba confinado en Caracas. Hoy, abril de 2021, estoy encerrado en Mérida e imposibilitado de viajar. Me niego a estar varado en cualquier lugar del planeta. ¡Necesito viajar, quiero hacerlo antes que el almanaque de mi vida me lo impida!. Quiero ser lo más feliz posible, tema que ha sido de mucho interés para mi, desde hace algún tiempo.

Hace varios días estoy tratando de hacer “algún trámite” para tener mi documento de identificación internacional. Es decir, el pasaporte.  Leídas las últimas informaciones oficiales pensábamos que podíamos lograr la prorroga y cuando lo intentamos fue imposible, pese a que la fecha tope era hasta hace días (14.04.2021) y lo intentamos mucho antes. Pero, el portal del SAIME, solamente  nos dio la “posibilidad” de solicitar un pasaporte nuevo. Cuando intenté hacer el trámite para solicitarlo, es decir el pasaporte nuevo,  fue una misión imposible también. Sigo procurándolo y viendo cómo los bolívares se devalúan y cada día aumenta  el precio del pasaporte venezolano. En fin, ésta será la tarea que realizaré insistentemente en estos primeros días de mi nuevo año de vida. Y espero que no tenga que pasar doce meses en este trámite. 

 

El cuento de la imposibilidad de viajar y del nuevo pasaporte es en razón que, siempre sostuve: “cuando no tenga obligaciones laborales, viajaré al máximo”.  La última excursión  fue El Camino de Santiago. Y de eso hace ya tres años. 

 

Claro, la decisión de los viajes, implica en primer lugar estar en condiciones físicas para poder viajar. En segundo término, contar con los recursos financieros para emprenderlos. En tercer lugar, tener el pasaporte parar poder viajar. Pero, desde marzo del 2020, hay otras realidades que afectan los viajes. Ahora estamos en confinamiento global por la pandemia del COVID-19. Por ahora solo la falta del pasaporte y lo referente a la vacuna es lo que debemos atender, para estar listo y salir de viaje. 

 

Para una persona de la tercera edad que tiene a sus hijos y sus nietos regados por el mundo, viajar se vuelve relativamente más fácil. O es que:  ¿seguro nos dan cobijo cuando pasemos en  donde viven? Pienso es una ventaja de la diáspora de los venezolanos. Y estamos dispuestos a aprovecharlo, sin causar molestias. 

 

De tal manera  que, en estos próximos meses sólo nos propondremos, a conseguir el pasaporte y prepararnos para retomar los viajes. Con esto de la pandemia del COVID-19 hay que vacunarse, hacerse  los exámenes que demuestren que estamos sanos y no perder la ilusión por viajar. Ya comentaré cómo vamos atendiendo estas exigencias parar viajar y no convertirlo en puro deseo, imposible de realizar. 

 

La fotografía que acompaña el escrito fue tomada en Barcelona (Esp) hace ya varios años y es parte de nuestros recuerdos de viajes. En todas partes se consiguen cosas hermosas. ¿No lo creen mis queridos (as) lectores (as).  Vamos a salir de este confinamiento, estoy seguro y espero que sea pronto.  

  


2 comentarios:

  1. Sí! Ojalá nos podamos ver y abrazar muy pronto! Feliz cumpleaños y suerte con los "trámites"

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  2. Gracias por tus buenos deseos. Seguro que serán realidad: muy pronto.

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